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Sociedad

Las diferencias claras entre los liderazgos de los hombres y las mujeres: la clave está en el miedo

El 'síndrome del impostor' juega un papel clave en las mujeres en posiciones de poder

Las diferencias claras entre los liderazgos de los hombres y las mujeres: la clave está en el miedo

¿Quién no ha tenido alguna vez un jefe difícil? En una carrera larga uno se encuentra con jefes malos, pero también con algunos jefes buenos, los que sacan lo mejor de sus trabajadores y los tratan con respeto y empatía. En el Comando Norte de Hoy por Hoy, esta semana, Aitana Castaño y Nacho Carretero, analizan, junto Àngels Barceló y un experto en liderazgo, las cualidades que debe tener un buen líder en el ambiente laboral.

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El experto en psicología del liderazgo y Director de Cultura, Desarrollo y Talento de PRISA Media, Alberto González Pascual, considera que existen diferencias claras entre los liderazgos ejercidos por los hombres y las mujeres. "El hombre siempre ha tenido un miedo arcaico a la mujer. Para el hombre, la mujer siempre ha sido un enigma. De ahí que siempre haya tratado de desposeerla en lugar de empoderarla de todas sus capacidades innatas", explicaba.

"Un buen jefe sobrestima a sus empleados"

Debido a esta adaptación, González Pascual asegura que las mujeres son mucho más intuitivas, siendo capaces de percibir las emociones de las personas con mayor facilidad. "Tienen una gran capacidad, por consiguiente, para practicar la reflexividad, la asertividad y la empatía", destacaba el experto en psicología del liderazgo, aunque no dejaba de señalar el "complejo histórico" de este sexo.

González Pascual resalta que las mujeres, históricamente, acarrean un sentimiento de culpa que se acelera con mucha facilidad y un gran grado de perfección y autoexigencia. Estos síntomas, comúnmente conocidos como 'síndrome del impostor', repercuten negativamente sobre la gestión de equipo de las mujeres. "Hay elementos para ser muy optimista, y hay otros elementos que hay que analizarlos para que la mujer en un puesto de liderazgo los pueda dominar", añadía.

Ante estas reflexiones, Barceló reconocía que es muy raro que "un mal jefe tenga el 'síndrome del impostor', mientras que es muy habitual que una buena jefa tenga el 'síndrome de la impostora'". Aitana Castaño ponía el foco en las becarias, los miembros más propicios a sentir este 'síndrome de la impostora'.