Sarkozy llevará pulsera electrónica durante un año tras confirmar la Justicia su condena por corrupción y tráfico de influencias
El expresidente francés ha asegurado ser víctima de "acoso judicial" tras conocer la decisión del Tribunal Supremo francés
El Supremo confirma la condena al expresidente francés Nicolás Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias. No entrará en prisión, pero sí tendrá que estar un año con un brazalete electrónico que controlará sus movimientos.
En los próximos días. le comunicarán el tipo de brazalete que deberá llevar. En enero cumple 70 años y a partir de esa edad se puede pedir la libertad condicional en Francia; esto quiere decir, que no tendrá que portar el brazalete. Su defensa ha confirmado que, además de solicitarlo, tiene intención de acudir a los tribunales europeos.
En enero, tiene que comparecer por otro caso por la supuesta financiación irregular de una campaña electoral en 2007, por el que le pueden condenar a 10 años de cárcel.
Sarkozy dice ser víctima de "acoso judicial"
El expresidente francés ha asegurado ser víctima de "acoso judicial", y se preguntó si la condena tiene un trasfondo político. "Como he hecho siempre a lo largo de estos doce años de acoso judicial, asumiré mis responsabilidades y afrontaré sus consecuencias", escribió en la red social X el presidente francés entre 2007 y 2012.
Al mismo tiempo, Sarkozy se hizo esta pregunta: "¿Tengo que entender que mi papel político pretérito y las oposiciones que ha podido levantar han creado un clima corporativo y político que han llevado a esta condena?".
Convertido en el primer jefe del Estado francés en ser condenado en firme a una pena de arresto, Sarkozy aseguró que no acepta "esta injusticia", consideró "pisoteados" sus derechos y confirmó su intención de recurrir al Tribunal de Estrasburgo.
Sarkozy lamentó que ese recurso pueda hacer que Francia acabe condenada en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, algo que "hubiera podido evitarse con un análisis jurídico sereno". "Quiero reiterar mi total inocencia y mi convencimiento de que actué bien. Mi determinación es total en este caso y en los demás. La verdad acabará triunfando. Cuando lo haga, cada uno tendrá que rendir cuentas ante los franceses", agregó.
El expresidente lleva años sosteniendo que algunas de sus decisiones durante sus cinco años en el Elíseo le crearon enemigos en la instancia judicial, lo que a su juicio ha podido influir en este caso como en los otros dos que tiene abiertos, por las financiaciones ilegales de sus dos campañas presidenciales, la de 2007 y la de 2012.