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Opinión

La justicia española termina por condenar a los culpables y exonerar a los inocentes

La financiación ilegal de los partidos políticos es el origen más frecuente de casos de corrupción en medio mundo. En los países democráticos acaban, aunque sea tarde y mal, en los tribunales y en condenas

La justicia española termina por condenar a los culpables y exonerar a los inocentes

Madrid

La financiación ilegal de los partidos políticos es el origen más frecuente de casos de corrupción en medio mundo. La diferencia entre unos países y otros, entre los que tienen sistemas democráticos y los que no, es que esos casos acaban, aunque sea tarde y mal, en los tribunales y en condenas. Esta vez ha sido Nicolas Sarkozy, que fue presidente de la República Francesa entre 2007 y 2012 quien ha sido condenado por corrupción y tráfico de influencias. Antes que él, Jacques Chirac fue condenado por malversación de fondos, pero no por su etapa como presidente de la República, sino una anterior, como alcalde de Paris.

En España conviene recordar que, en el caso más reciente, la llamada Trama Gürtel, fueron condenados 21 políticos del Partido Popular y el propio partido a título lucrativo. Los tribunales españoles sufren dilaciones escandalosas, son lentos y, a veces, algunos jueces actúan de manera incomprensible, pero al final del recorrido resulta que han enviado a la cárcel por corrupción y delitos anexos a un número muy notable de políticos de todos los niveles, estatal, autonómico y local, que se lo merecían. Y quienes fueron acusados sin pruebas vieron, finalmente, cerrados sus casos y restaurada su credibilidad. Tarde y a veces mal, muy mal, pero la justicia española termina por condenar a los culpables y exonerar a los inocentes.

Soledad Gallego-Díaz

Es periodista, exdirectora del periódico 'EL...