El proyecto millonario de las islas paradisíacas de Europa acaba con un cementerio de pueblos fantasmas
Iba a costar miles de millones de dólares, pero ahora es solo un recuerdo
Las Islas Jazar están ubicadas a unos 25 kilómetros del sur de Bakú (Azerbaiyán), y aunque en un primer momento se esperaba que fueran uno de los epicentros del lujo y el glamour en clara rivalidad con las Palm Islands de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), ahora están completamente abandonadas. Sí, era un ambicioso proyecto que ideó el empresario azerbaiyano Ibrahim Ibrahimov a principios de la década pasada, arrancando oficialmente en 2011, pero las cosas no salieron tal y como lo había trazado.
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El plan era la construcción de 55 islas artificiales que estarían conectadas unas con otras a través de unos 150 puentes. La idea era que pudieran alojar alrededor de un millón de personas, pero no solo para turismo, sino para que vivieran allí. El proyecto traía consigo la instalación de 150 escuelas, 50 hospitales, guarderías, parques, centros comerciales, centros culturales y un campus universitario. Es decir, la idea era levantar una nueva ciudad desde cero.
Obviamente, para ello hace falta muchísimo dinero. Eso estaba contemplado, y las estimaciones hablaban de un desembolso total de 100 mil millones de dólares en lo que era un megaproyecto que incluso ya tenía pensado albergar carreras de Fórmula 1, sí, todo antes incluso de ver la ciudad hecha a medias. Había muchísima esperanza porque tenían las ideas, la convicción y, sobre todo, el músculo financiero. Sin embargo, todo dio un giro radical.
Un proyecto roto y abandonado
A día de hoy, las también conocidas como Islas Caspias (por estar en la zona del Mar Caspio) están absolutamente abandonadas. Lo que tenía que ser un sitio paradisiaco ha terminado por ser un páramo. Ni rastro del glamour y el lujo prometido, a pesar de que el propio Ibrahimov comunicó que ya había grandes personalidades y fortunas muy interesadas en entrar en un proyecto que realmente no se llegó a ver casi ni arrancar, y eso que las obras sí que comenzaron.
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El momento clave fue 2015, cuando el precio del petróleo se desplomó instaurando en una crisis tremenda a los que se dedican a este negocio. Este combustible fósil es la principal fuente de ingresos de Azerbaiyán, así que todo lo que había en marcha tuvo que posponerse. No había hueco para emprendimientos arquitectónicos, muchísimo menos para megaproyectos de las dimensiones que se manejaban con este futuro paraíso, lo primordial era recuperarse financieramente.
Una vez conocidos estos problemas, los rumores de que se desecharía por completo empezaron a surgir, pero Ibrahim Ibrahimov sostuvo que vería la luz completamente entre 2020 y 2025, manteniéndose en una horquilla que iba en consonancia con la estimación que tenían desde el principio, que era 2023, y todo ello después de que llevara absolutamente estancado desde el comienzo de la crisis petrolífera. A pesar de las palabras del empresario, todo cayó por su propio peso y la rival de Dubái no fructificó, dejando ahora un lugar abandonado con reminiscencias de lo que pudo ser y no fue.
Miguel Muñoz
(Linares, 1992) Periodista, SEO y redactor en la sección de deportes de la Cadena SER. Graduado en Periodismo...