Andreu Buenafuente se pronuncia sobre la última moda de los calendarios de adviento: "Eso hay que prohibirlo"

Madrid

La Navidad es una época tanto bonita como complicada, especialmente a nivel económico. Reunir a toda la familia suele implicar la presencia de niños, lo que conlleva una lluvia de regalos y un gasto constante. En el último episodio de Nadie sabe nada, Andreu Buenafuente y Berto Romero reflexionaron sobre la Navidad y criticaron algunas costumbres que, en su opinión, han tomado un rumbo excesivo, comenzando por la creciente cantidad de celebraciones que se han instaurado en muchos hogares.

Berto, sin cortarse un pelo, arremetió contra la costumbre de celebrar tanto Papá Noel como los Reyes Magos. Para él, hacerlo es un disparate y, de tener el poder, lo prohibiría sin dudarlo.

Como padres, lo que más les revienta a Berto y Buenafuente es tener que regalar en dos ocasiones. Esta doble celebración les indigna profundamente. "Tendría que estar regulado", afirmaba Berto mientras Buenafuente asentía con convicción y añadía: "Hace falta una policía de la Navidad". Según los cómicos, esta fuerza especial debería encargarse de ir casa por casa y, "si ve regalos el 25 de diciembre, te prohíben los Reyes". "¿Qué es esto de jugar a todo?", se preguntaban indignados.

Pero su mosqueo no termina ahí. También les cabrea la infiltración, "por la puerta de atrás", de otra tradición: el calendario de adviento. Buenafuente contaba, entre risas y rabia contenida, cómo sus hijos habían "comprado el concepto", pero no con las chocolatinas de siempre, sino exigiendo "un regalo cada día". Para él, esto es una aberración que debería estar perseguida.

Por suerte, Berto tenía la solución: "Hay que pararle los pies a tu propia hija", sentenció con firmeza. Lo que no esperaba era la réplica de Buenafuente, que con su seriedad característica le contestó: "Tú en la educación de mi hija no tienes que meterte para nada. Métete si yo te pido un consejo de amigo".

Aunque, para ser justos, el calvario navideño de Buenafuente va más allá. Tiene la mala suerte de que su hija cumple años el 28 de noviembre, una fecha demasiado cercana a las fiestas. Y por si no fuera suficiente, si se le cae un diente, también tiene que venir el ratoncito Pérez. Entre cumpleaños, Navidad, Reyes y dientes caídos, el cómico no gana para regalos.