Patronal ausente, una lástima

Barcelona

Lástima que la patronal no haya querido participar. Si lo hubiera hecho, el acuerdo firmado hoy entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos para reducir la jornada laboral a 37 horas y media sería mejor. No en el sentido de más perfecto, sino de más viable, más ajustado a la realidad de todas las partes, más blindado ante su paso por el Congreso. Así había sucedido con la reforma laboral y parcialmente con la de pensiones. Y ambas han sido buenas palancas para colocar a la economía española en la vanguardia mundial, lo que ahora ya nadie se atreve a discutir para no pasar por ignorante.

Esa mejora de la economía ha disparado los beneficios de las empresas. Pero ha mejorado menos la capacidad adquisitiva de los trabajadores. Como la reducción de la jornada laboral se entiende que no reducirá el sueldo pactado, en realidad supone una mejora salarial, sí, mejor que no nos andemos con subterfugios. Pero es justo que la parte trabajadora, ahora que hemos salido de todas las crisis, mejore un poco más rápidamente. El coste para las empresas será en ocasiones importante, y lo sería menos si la patronal hubiera negociado compensaciones, flexibilidad de calendarios u otras medidas razonables para sectores más afectados. Pero solo supone una parte de lo que han obtenido gracias a la política económica exitosa que se ha practicado desde 2018.

Ahora, el éxito económico de la medida dependerá bastante de si se aprovecha la ocasión para mejorar la competitividad de las empresas españolas, sobre todo en el aspecto tecnológico. Los servicios de estudios del BBVA y Caixabank, el Instituto Valenciano de Investigaciones económicas, y el Banco de España apuntan a que la productividad del factor trabajo sí ha estado a  la altura, pero mucho menos la del capital. Todo el mundo debe ponerse a tono, si queremos ir a mejor.