José Luis Garci explica la razón por la que ya no quiere hacer más películas
El director cinematográfico ha explicado los entresijos de la industria en 'Sucedió una noche'
Madrid
El director español José Luis Garci lleva toda la vida trabajando en proyectos de la gran pantalla, convirtiéndose en uno de los referentes de la producción audiovisual en España. Prueba de su éxito es el histórico Óscar que ganó con Volver a empezar, la primera producción española en recibir el galardón a la mejor película de habla no inglesa. Además, Garci cuenta con cuatro calles que llevan su nombre en España y una estrella en el Paseo de la Fama de Madrid. Sin embargo, asegura que eso de hacer películas ya no es para él.
El madrileño ha participado en el programa Sucedió una noche, de la Cadena SER, con Antonio Martínez, donde confesó que, a diferencia de otros directores que mantienen intactas las ganas de crear nuevas películas, él no siente ese impulso. "No tengo ninguna gana", afirmó, tras la extensa carrera que ha construido con innumerables producciones a sus espaldas.
A sus 80 años, Garci dice que ahora prefiere "un mundo sin reuniones" y que no está dispuesto a presentarse ante grandes plataformas como Netflix, HBO o Disney+ con "una idea y un papel debajo del brazo" para intentar venderles un proyecto.
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No obstante, lanzó un mensaje claro a quienes puedan estar interesados en su experiencia: "Que me llamen". Aunque, con la misma claridad, añadió que no cree que eso vaya a suceder.
El director reconoció que, pese a su renuncia activa al cine, hay proyectos que "le hubiera gustado hacer" y que quedaron en el tintero. Uno de ellos es El Hereje, la novela de Miguel Delibes, que soñaba con llevar a la gran pantalla con Carlos Hipólito en el papel de Cipriano Salcedo.
Siempre quedan proyectos pendientes
Garci explicó que en la carrera de cualquier director o productor siempre hay proyectos que no logran materializarse. "Cuando hacen una película, hasta que hacen otra, hay, a lo mejor, un proyecto que no ha salido", comentó. Esa dinámica de trabajo a menudo impide a los profesionales abordar otras ideas a las que habrían querido dar vida.
Por eso, el director señala que "la filmografía nunca es correcta", ya que siempre quedan pendientes esos "empeños personales" en los que se pone "mucho cariño" pero que finalmente no logran ver la luz.