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Opinión

Navidades en casa de los García

Pero es que ahora todo en Koldo, que se va a comer marrones propios y ajenos, resulta bastante penoso. A la entrada del Tribunal Supremo ni siquiera le estaba esperando el tipo ese siniestro de Desokupa, que está en todos los saraos

Ignacio Martínez de Pisón: "Navidades en casa de los García"

Madrid

Cuando el juez le preguntó por el origen de su importante incremento patrimonial, Koldo García lo justificó aludiendo a los ochenta mil euros que cobra de pensión de invalidez. ¿Qué invalidez es esa que no le impedía hacer de recadero, correveidile, factótum, limpiabotas, aparcacoches, alcahuete, guardaespaldas, mandadero, mayordomo, secretario, asistente, mamporrero, aizkolari y hombre para todo del ministro Ábalos?

Yo no quiero que vaya a la cárcel nadie que roba para comer, pero con esos ochenta mil euros no parece que en casa de Koldo hayan pasado hambre jamás. Tal vez la Seguridad Social tendría que revisar todo eso. El desinvalidador que lo desinvalide buen desinvalidador será. Las imágenes de su detención, con veinte agentes fuertemente armados de la UCO ocupando su vivienda como si fuera el búnker de un peligroso narco de Michoacán, daban algo de pena, penita, pena. Pero es que ahora todo en Koldo, que se va a comer marrones propios y ajenos, resulta bastante penoso. A la entrada del Tribunal Supremo ni siquiera le estaba esperando el tipo ese siniestro de Desokupa, que está en todos los saraos.

En fin, campana sobre campana y sobre campana una, no parece que vayan a ser unas navidades alegres en casa de los García.