El rey Felipe VI ha hecho un llamamiento a la “serenidad” ante la “atronadora contienda política” en un discurso que ha estado marcado por la DANA, pero en el que también ha habido un espacio importante para la inmigración, el crecimiento económico y la vivienda. Estas son las frases más destacadas de su mensaje de Navidad de 2024, el undécimo desde que accedió a la corona: «Esta Nochebuena me gustaría referirme primero, y seguro que me entendéis, a la terrible Dana que hace casi dos meses golpeó con inusual fuerza varias zonas del este y sur de España, especialmente en Valencia. Las personas que perdieron la vida y los desparecidos merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias». «Hemos comprobado -y entendido- la frustración, el dolor, la impaciencia, las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones». «El consenso en torno a lo esencial, no sólo como resultado, sino también como práctica constante, debe orientar siempre la esfera de lo público. No para evitar la diversidad de opiniones, legitima y necesaria en democracia, sino para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido». «El esfuerzo de integración, que corresponde a todos, el respeto -también de todos- de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo, y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece, son los pilares que deben guiarnos a la hora de tratar la inmigración». «Es importante, de nuevo, que todos los actores implicados reflexionen, se escuchen unos a otros, que se examinen las distintas opciones y que sea ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos». «Vemos cómo con demasiada frecuencia se cuestiona el derecho internacional, se recurre a la violencia, se niega la universalidad de los derechos humanos o se pone en duda el multilateralismo para afrontar los desafíos globales de nuestro tiempo, como son las crisis climáticas y medioambientales, las pandemias, la transición energética o el comercio y la escasez de los recursos naturales». «Es necesario que la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad. Serenidad en la esfera pública y en la vida diaria, para afrontar los proyectos colectivos o individuales y familiares, para prosperar, para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan (...) Y no podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía». «España es un gran país (...) Un país con un presente que, pese a lo mucho que nos queda por hacer, por ejemplo, en materia de pobreza y exclusión social, resulta prometedor al observar el comportamiento de nuestra economía -en términos, entre otros, de crecimiento, empleo o exportaciones- y el nivel general de nuestro bienestar social». «Que la solidaridad que nos ha unido en los momentos más difíciles siga presente en cada gesto, en cada acción, en cada decisión. Que las ayudas lleguen a todos los que lo necesiten, para que puedan reconstruir el futuro por el que tanto han luchado, afrontando con coraje y dignidad los retos de un presente a veces implacable».