Buenos Aires acaba de celebrar «la noche de los shopping», una jornada previa a la Navidad en la que los principales centros comerciales de la capital argentina alargan sus horarios, organizan actividades culturales y ofrecen descuentos especiales a sus clientes para incentivar las compras justo antes del inicio de las fiestas. Hasta ahí todo, normal. Pero, en una conexión en directo del canal de televisión La Nación+ que tenía que servir para mostrar el ambiente en uno de esos centros comerciales, una reportera le preguntó a una niña algo tan elemental y, a priori, tan inocente como que qué le había pedido a Papá Noel. La respuesta de la niña dejó a todo el mundo sin palabras porque, sin perder la sonrisa y con toda la naturalidad del mundo, respondió lo siguiente: «Le pedí que toda la gente que odio se muera». Una frase que se ajusta muy bien al concepto que su compatriota Andrés Calamaro desarrolló en el disco Honestidad brutal. La periodista, micrófono en mano, no pudo disimular su sorpresa: «¡Ay, no! »Es el grinch de la Navidad!«. Sus compañeros, desde el estudio, reaccionan de forma parecida: »¡Nooo! ¡No puede ser! Digamos que es la broma, un chiste... Pero la reportera, apenas tres segundos después, ya consciente de que acababa de vivir un momento viral, se sinceró con la niña: «Vamos a salir en todos lados». No es la primera vez, de todas formas, que la respuesta de un niño o una niña en televisión se viraliza por decir algo incorrecto o totalmente inesperado. En España, por ejemplo, se popularizó mucho la afirmación de una niña que, en plena pandemia, dijo resignada que con la mascarilla costaba un poquito respirar, pero que no pasaba nada: «Es mejor eso que morirse».