Tres películas para ver el día de Navidad
Javier Ocaña, crítico de cine de 'Hoy por Hoy', nos ofrece tres opciones para ver solos o acompañados
Tres películas para ver en la tarde de Navidad
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Tras la tormenta llega la calma. Después de la cena de Nochebuena y la comida de Navidad (y puede que la resaca de algunos), la tarde del 25 de diciembre suele ser relajada. Mucha gente sigue con sus amigos o seres queridos, abriendo regalos, alargando una sobremesa. Pero otros muchos, seguramente, aprovechen para preparar unas palomitas o unos churros con chocolate caliente, taparse en el sofá con una manta y poner una película.
Desde Hoy por Hoy queremos aportar nuestro granito de arena a ese plan y hemos pedido a nuestro crítico de cine, Javier Ocaña, que nos ayude a elegir qué película ver en esta tarde de Navidad. Sus elegidas han sido dos de Navidad y otra con espíritu navideño: Vive como quieras, de Frank Capra (Movistar+), un clásico, que no es de Navidad, pero así nos salimos de la obligada referencia de ¡Qué bello es vivir!, que buenísima, pero está más vista; Gremlins, de Joe Dante (Filmin, Movistar+ y Max); y Carol, de Todd Haynes (Prime, Filmin y Movistar+). Estas últimas sí suceden en Navidad al menos una parte de la película.
Gremlins
Por estructura y esencia, le debe parte de su valía a la ciencia ficción de los años 50, a esas películas de incursiones alienígenas en pequeñas poblaciones, con su clima de histeria y la defensa de una pequeña comunidad, de un hogar, que no está dispuesto a que se lo arrebaten unos seres extraños, unos simpáticos animalejos llamados mogways, pero que se pueden reconvertir en reconvertidos en verdes, violentos y babosos atacantes llamados Gremlins si no se cumplen las tres reglas: no mojarlos, no darles de beber, ni de comer después de la medianoche.
Dirigida por Joe Dante y escrita por Chris Columbus, el autor de Solo en casa (otra grandísima película familiar de Navidad), está producida por Steven Spielberg a través de Amblin Entertainment, lo que le da ese sello maravilloso del cine de los años 80: fresca, divertida, desprejuiciada y que tiene algún momento de terror que bien podría ser el primero de las vidas de los más pequeños. Pero terror de ese bonito, emocionante. Además, como todas esas películas de los 80, ha envejecido fantásticamente. Es ideal para ver en familia.
Vive como quieras
Unos años antes de ¡Qué bello es vivir!, Capra dirigió esta historia sobre la familia y la dignidad, la integridad y el rechazo de la avaricia. Comedia alborotadora, jocosa, delicada. Es perfecta porque habla de dos cosas muy asociadas con la Navidad, la familia y el sentimiento de comunidad, pero también de otra muy importante: la libertad. Es decir, respeto para cualquiera que quiera pasar la Navidad de otro modo. Y además comparte al actor Lionel Barrymore, que era el villano rastrero de ¡Qué bello es vivir!, y que aquí interpreta al bondadoso abuelo de la familia protagonista.
Es una película con una espontaneidad formidable. Hace poco hablábamos de cómo Ridley Scott filmaba con ocho cámaras las secuencias del Coliseo para capturar mejor las reacciones de todos, y en tiempo real. Y aquí Capra fue un pionero en este sentido porque filmó con dos cámaras las secuencias en la casa, algo muy poco habitual en la época, haciendo más espontáneas y directas las actuaciones y para que así hubiera más posibilidades en la fase de montaje. Una comedia preciosa y loca de atar en la que puede ocurrir cualquier cosa.
Carol
Una historia de amor prohibido protagonizada por Cate Blanchett y Rooney Mara que viene de maravilla para una tarde como la de Navidad. Está basada en una grandísima novela de Patricia Highsmith y dirigida por Todd Haynes. Un amor tan prohibido que en el cine de los años 50 hubiera sido impensable su adaptación, porque va de un amor entre dos mujeres. Haynes ya había abordado esa reelaboración del cine de los años 50 en Lejos del cielo (2002), que hablaba de homosexualidad y de relaciones interraciales. Y en Carol adapta a Highsmith sin transcribir el libro. En el guion se eliminaron secundarios o se redujo su presencia; también se quitaron muchos diálogos, y lo dejaron en una película más conceptual, de miradas y sensaciones más que de palabras o intrigas.
Como consejo a los oyentes, el profe Ocaña pide que se fijen cuando la vean en el ejercicio de color que hace Haynes con los rojos y los verdes. La yuxtaposición de estos colores es muy sugestiva para la tragedia, y esto viene ya de la pintura, de Edward Hopper, por ejemplo. Y durante toda la película se juega con estos dos colores en el mismo plano, tanto con el vestuario como con los filtros de fotografía. Y lo maravillosas que están Rooney Mara y Cate Blanchett, además de la música de Carter Burwell.
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