De la aprobación de los presupuestos a la vivienda, la gran prioridad de la legislatura: las asignaturas pendientes que deja el Gobierno de Sánchez para 2025
El Ejecutivo de Sánchez deja para el próximo año varias tareas políticas que tiene que resolver solo y junto a algunas formaciones políticas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofrece una rueda de prensa tras reunión del último Consejo Ministros del año en el palacio de la Moncloa en Madrid / Chema Moya (EFE)
Madrid
Sin haber terminado todavía el 2024, el Gobierno deja para el próximo 2025 varias asignaturas en el aire que tiene todavía que resolver. Su gran asignatura pendiente son, sin duda, los Presupuestos Generales del Estado. La intención de Pedro Sánchez es conseguir aprobar las cuentas el próximo trimestre, aunque esto dependerá de los acuerdos que logre alcanzar con formaciones como el PNV, Esquerra o Junts.
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Para lograr estos apoyos, el Ejecutivo español tiene deberes, porque necesita cumplir algunas exigencias de los partidos como las competencias de inmigración que pactó hace un año con el partido de Carles Puigdemont. Además, está sobre la mesa la posibilidad de permitir que los Mossos puedan tener presencia en puertos y aeropuertos de Cataluña. Otra casilla pendiente en la agenda es concretar la condonación de la deuda que acordó con ERC, algo que debatirá con el resto de comunidades a partir de enero.
Su gran prioridad durante la legislatura es la vivienda, algo que debe abordar todavía. Por ahora ha movilizado vivienda pública, pero las comunidades, en su mayoría presididas por el PP, se niegan a aplicar los topes al alquiler. La reducción de la jornada laboral será otro de los temas que el ejecutivo tendrá que abordar en el 2025 a la espera de saber si se llega primero a un acuerdo entre las dos partes de la coalición, luego con la patronal y, finalmente, con los grupos que tienen que ratificarlo en el Congreso.
Para este nuevo año, los socialistas han dejado también la renovación de sus liderazgos territoriales. Sumar tendrá que decidir también quién pilota la formación tras la renuncia de Yolanda Díaz.
La agenda judicial va a ser el asunto que va a desviar el foco de la agenda del Gobierno. La oposición quiere exprimir las investigaciones que afectan al Ejecutivo y al entorno personal del presidente, que asegura que todo lo que tiene que ver con su familia y con los miembros actuales de su gabinete quedará en nada. Aún así, por lo pronto, enero va a volver a estar trufado de declaraciones relacionadas con los casos del fiscal, la mujer de Sánchez o su hermano.
También volverán al primer plano las acusaciones a las que se enfrenta Iñigo Errejón, que tendrá que comparecer ante el juez. En lo estrictamente político, el principal reto del ejecutivo es estabilizar la relación con los socios, sobre todo con Junts, para espantar el fantasma de la inestabilidad y la pérdida de la mayoría parlamentaria. Eso se vuelve a cruzar con los tribunales, que son los que tienen que aplicar la ley de amnistía, que lleva meses aprobada ya por las cortes, pero sin aplicarse a la cúpula del Procés: ni a Juqnueras ni a Puigdemont. El Gobierno cree que eso afecta e impide normalizar las conversaciones con los grupos independentistas.
