La "flota en la sombra", el arma de Rusia para esquivar sanciones e intimidar a sus vecinos

Rusia ha tenido que hacer frente a importantes sanciones desde el inicio de la invasión de Ucrania que han tenido a su sector militar como uno de los principales objetivos. Una manera de los países occidentales de intentar minar el afán expansionista de Vladimir Putin que ha llevado al Kremlin a plantearse otros métodos para sortear estas restricciones, métodos que incluyen lo que en el norte de Europa se conoce ya como la "flota en la sombra" de Rusia.

La Unión Europea utiliza ese término y otros como "flota oscura" o "flota gris" para intentar definir un fenómeno muy difícil de detectar, pero que según los documentos oficiales de la Comisión consiste en "el uso de barcos en operaciones ilegales para sortear sanciones, evitar comprometerse con la seguridad y las leyes medioambientales o participar en otras actividades". Esas "otras actividades" incluyen "operaciones que no se adhieren a la legalidad internacional, evitar controles en los puertos, saltarse las normas de seguridad para los tripulantes o medidas para evitar la detección de la trayectoria de la navegación".

Con este sistema, según creen los países occidentales, Rusia ha utilizado barcos privados para transportar mercancías, seguramente armamento, o para realizar operaciones encubiertas o de sabotaje, que es lo que denuncian países como Finlandia, Lituania o Estonia en el entorno del mar Báltico. El último ejemplo es el incidente de esta Navidad por el que un cable eléctrico submarino que comunica Finlandia con Estonia ha sido saboteado poco después del paso por la zona de un barco que no tenía bandera rusa, pero había zarpado de San Petersburgo y cuya empresa propietaria está sancionada por Estados Unidos por transportar armas a Siria.

El paso de estos barcos por el norte de Europa es un peligro para la costa de todos los países de la zona

—  Isaac Levi, especialista en Rusia del Centro de Investigación de la Energía (CREA)

Ya incluso antes de la imposición de las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, se comenzó a utilizar este término al comprobar que había petroleros que navegaban apagando sus sistemas de localización para sortear las sanciones de Estados Unidos al comercio de crudo.

Estrategia desde Moscú

Según la Comisión Europea, Rusia ha invertido 10.000 millones de dólares en el desarrollo de esta flota para seguir comerciando con su petróleo evitando barcos, puertos y servicios de países de la Unión Europea y del G7. Una estrategia en la que ha utilizado petroleros que estaban en manos de compañías estatales y que ahora han pasado a empresas privadas radicadas bien en Rusia, bien en países aliados.

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En la misma línea, Rusia ha comprado barcos antiguos que habrían quedado fuera de circulación de no haber sido reutilizados por Moscú. Son buques con un valor menor de compra y más baratos de desguazar si finalmente son detectados y sometidos a nuevas sanciones. También ha reutilizado embarcaciones que tenían otros fines y estaban en regla y que ahora destina a operaciones encubiertas. El uso de estos barcos viejos es también un peligro para el medio ambiente.

Dentro de esta estrategia se incluye el uso de banderas de conveniencia, como la de las Islas Cook que portaba el barco supuestamente responsable del último sabotaje en el Báltico. Este método hace más complicado rastrear el origen ruso del barco, más aún cuando Moscú logra utilizar una bandera de conveniencia de un país de la Unión Europea, lo que ha sucedido en ocasiones con Malta. Para los aspectos puramente comerciales de las operaciones de estos barcos, Rusia se ha valido de su alianza con empresas de países aliados como Irán o China.

Polonia ha propuesto la creación de una fuerza naval multinacional para hacer frente a Rusia en el Báltico, Estonia es partidaria de acuerdos bilaterales entre los países de la zona para patrullar el Báltico y Finlandia ha pedido una mayor vigilancia a la OTAN. El experto en Rusia del Centro de Investigación de la Energía (CREA) con sede en Londres, Isaac Levi, nos cuenta que "una flota multinacional se basaría en iniciativas existentes en la OTAN, como ejercicios militares que involucran a numerosas naciones en el Báltico. Estos ejercicios contribuyen a la estabilidad regional, por lo que debe recomendarse encarecidamente que se lleven a cabo".

Acciones encubiertas

La "flota en la sombra" actúa por tanto vinculada sobre todo al transporte de petróleo, uno de los principales objetivos de las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia. En ese sentido, el Parlamento Europeo ha detallado en un informe que Rusia realiza de forma habitual transferencia de carga líquida entre dos o más embarcaciones en aguas internacionales.

De este modo, el petróleo ruso se transfiere a barcos secundarios para ocultar su origen y evitar atracar en un puerto para realizar esa transferencia. Incluso la UE sospecha que Rusia mezcla petróleo propio con crudo de otros países para hacer aún más indetectable su origen.

Levi cuenta que el 85% del petróleo ruso se transporta ya mediante esta flota fantasma y que antes de la invasión esa cantidad era del 20%. Levi añade que sólo en los dos últimos años se calcula que Rusia ha utilizado 669 barcos con el objetivo de sortear las sanciones al comercio de petróleo.

La mayor parte de este crudo tiene como objetivo Irán, China y Turquía, tres aliados de Rusia, y procede del Báltico. Y aquí es donde cobra especial importancia geoestratégica, ya que durante su tránsito por este territorio es cuando los países vecinos, que forman parte de la Unión Europea y de la OTAN prácticamente en su totalidad, temen que estos barcos se usen también para misiones de sabotaje. El incremento de barcos sospechosos que ha pasado por el Báltico este año roza el 300% según los datos de la Escuela de Economía de Kiev.

Sanciones de la Unión Europea

La UE está dispuesta a reforzar las sanciones contra la "flota fantasma" después del último incidente en el Báltico, tal y como ha confirmado la Alta Representante para la Política Exterior, la estonia Kaja Kallas.

Ya en el undécimo de paquete de sanciones contra Rusia, adoptado en junio de 2023, la UE prohibió la entrada de barcos rusos en sus puertos si se sospechaba que estuvieran involucrados en transferencias ilegales de petróleo ruso. También se incluyó a barcos que hubieran desconectado su sistema de localización mientras transportaban este producto.

En el siguiente paquete de sanciones se acordó que fuera obligatoria una autorización para vender petróleo a empresas o individuos que tuvieran relación con Rusia, así como se estableció una mayor comunicación entre países de la UE sobre posibles prácticas sospechosas. Ya a mediados de 2024, la UE ha incluido una lista de barcos concretos sancionados. diez de los cuales son petroleros relacionados con prácticas irregulares. Bruselas quiere también intensificar la comunicación con los países cuyas banderas de conveniencia utiliza Rusia.

Levi admite que la capacidad sancionadora de la UE debería ser mayor: "Se tiene que prohibir el paso de este tipo de barcos por costas europeas, tanto por el riesgo medioambiental como porque suponen una herramienta para incrementar el beneficio de Rusia con el que financiar la invasión de Ucrania". En cuanto a ese riesgo medioambiental, Levi relata cómo un petrolero de la "flota en la sombra" ha generado un vertido en la costa de Escocia y que "no consta que haya ningún informe sobre que haya sido limpiado". Advierte el experto de que estos barcos no tienen seguros que cubran este tipo de accidentes.