El equipo español sufrió su segunda derrota en la United Cup, torneo mixto que se disputa entre Perth y Sídney, esta vez ante Grecia, frente a la que sucumbió, como ante Kazajistán, en el superdesempate del mixto, con lo que se queda sin opciones de superar la fase de grupos. Jessica Bouzas puso en ventaja al conjunto español en el encuentro individual femenino al vencer a Maria Sakkari por un contundente 6-2 y 6-1 en un partido magnífico; pero Stefanos Tsitsipas frenó a Pablo Carreño, al que venció por 6-4, 4-6 y 6-3. De esta manera, la confrontación, en la que España necesitaba el triunfo para mantener opciones, se debía decidir en el dobles mixto, en el que Grecia presentaba a su mejor dúo, Sakkari-Tsitsipas, ante Yvonne Cavalle-Reimers y Sergio Martos. Los españoles sorprendieron en la primera manga a los helenos con una ruptura en el séptimo juego que les permitió hacerse con el mando por 4-6, pero Sakkari y Tsitsipas reaccionaron, rompieron el saque de los hispanos en el cuarto y equilibraron el choque con un 6-3 para mandarlo al superdesempate. Aguantaron Cavalle-Reimers y Martos hasta el 2-2. A partir de ahí los griegos enlazaron tres puntos seguidos (5-2) para encarrilar la victoria. Los españoles trataron de reaccionar (5-4), pero ya no les dieron más opción y se apuntaron el triunfo por 10-6. El momento más extraño del partido de dobles entre la pareja mixta griega y española se produjo en el segundo set, cuando Cavalle-Reimers sacaba para tratar de remontar el 5-2 con el que ganaban el parcial Sakkari y Tsitsipas. En ese momento, desde la megafonía se escuchó de forma muy abrupta la palabra «stop» por dos veces. La española se quedó mirando de forma asustada a lo que estaba ocurriendo. Acto seguido, el juez de silla dijo que el partido se debía de detener un par de minutos porque se había estropeado el sistema del hojo de halcón automático que canta las pelotas como buenas o malas.