Ojete Calor hace bailar a los hijos del subnopop en un Wizink rebosante y festivo

Madrid

El día de los inocentes, 28 de diciembre, era el único sábado que quedaba libre en el Wizink Center para que Ojete Calor, el dúo formado por el actor Carlos Areces y Aníbal Gómez, desplegara su último espectáculo. Ninguna otra fecha más idónea para un grupo que ha hecho de la guasa, la burla y la parodia el centro de su música a través de eso que han dado en llamar el subnopop. Casi veinte años ya llevan creando canciones con estribillos llenos de chistes y de frases que resumen la idiotez de la vida moderna, y cada vez los recintos que han elegido en la capital para sus espectáculos más grandes, con más vestuarios horteras y extravagantes y también la participación de artistas invitados. Hubo de todo en este cierre de gira. Lo que acostumbra, insultos graciosos sobre la fealdad del público, carreras de colchonetas sobre la gente, los temas del principio y los de ahora, versiones de temas míticos y mucho icono.

De hecho, el concierto comenzó a lo grande, con Miguel Ríos subido en el escenario y cantando, con caída leve incluida, el 'Bienvenidos', pero no para los hijos del rock and roll, sino para los hijos del subnopop. Momento que levantó a todo el el recinto y que hizo que Areces y Gómez salieran de una rampa debajo del escenario vestidos como Bjork y María Jiménez. Los referentes siguen siendo magníficos. De ahí fueron cantando los temas, ahogándose de vez en cuando, manejando el show como nadie y metiéndose con Madrid. "Está tan sucia que vamos pisando mierdas de perro". Salió Anne Igartiburu a cantar 'Gente que imita mal los acentos', donde se ríen de todos aquellos que creen que son capaces de emular el habla de un lugar. Con 'Extremismo mal' hubo un subidón, pues pocos temas más divertidos sobre una de las cosas más preocupantes en la sociedad actual: la equidistancia. "Ni nazis, ni judíos, ni Scorpions ni Bisbal".

Decía Areces que se inspiran en cosas cotidianas y en sus gustos personales, de ahí una canción, de las primeras que creó el grupo, 'Te persigue el Cybor', dedicada a Sarah Connor, el personaje de Terminator, o un momento homenaje a Carrie, cumbre del terror escrita por Stephen King y filmada por De Palma. Así, la pareja hizo subir a dos espontáneos del público a los que vistió con camisón y metió en una ducha de sangre. Subió también a la auténtica Maribel, la señora que protagonizó el viodeclip de 'Hay que mal tan bien', la canción sobre una amiga que siempre está mala. La salida del escenario se hizo en camilla. No faltaron trastos, cintas de colores, confetis dorados, y pantallas con gráficos, shorts, vestidos de flecos, zapatos imposibles y videos de fondo que acentuaban más el estilo icónico de un grupo que ha creado un universo propio y hasta un vocabulario. Sonó 'Viejoven', con referencia incluida a Paul McCartney, que unos días antes había llenado ese mismo estadio. Cantaron Mocatriz, uno de los grandes hits con coreografía incluido, que nos ha enseñado eso de Modelo cantante y actriz. Y sonó 'Vintage', una crítica a esos y esas que usan ropa de segunda mano y siguen defendiendo el gotelé. También 'Opino de que', una canción que se adelantó a todo este mundo de Twitter. Canciones que se han hecho famosas por jugar entre la ironía y el absurdo, entre el comentario ácido y la rima fácil. Canciones que evitan explicar, pero que se explican solas.

Hubo una orquesta para tocar 'Sinceridad no pedida', sobre esa gente que da su opinión sin que se la pidan. Una tuna para 'Qué bien tan mal'. Y no acabaron los invitados. En el in memoriam, donde iban homenajeando a todos los artistas fallecidos, metieron a Fran Perea, al que acabaron sacando al escenario para cantar 'Uno más uno son siete'. A Carmen Morales también la subieron al escenario, primero para cantar 'Sopa de amor', una canción infantil que solía cantar de niña con su hermano. Después para homenajear a Rocío Dúrcal con 'La gata bajo la lluvia'. Y subió Jeannette a cantar primero 'Porque te vas' y después 'Frente a frente'. Antes de eso había sonado 'Agapimú', la canción que versionaron junto a Ana Belén en la pandemia y que nos alegró el confinamiento. Quizá el cameo más loco fue el de Bustamante, al que llamaron Javián primero -por otro concursante de Operación Triunfó- y con el que cantaron 'Supermán' y 'Vete a tu casa (Freed from Desire)'. El final fue otro homenaje gracioso. A pocos días del fin de año y a pocos kilómetros de la Puerta del Sol, Ojete Calor cantaron 'Un año más', de Mecano. Despedida de un concierto divertido, juguetón y que demuestra que el subnopop ha hecho historia.