"Me despidieron por no encajar": las cifras de la discriminación del colectivo LGTBI+ en el trabajo
EL 70% de las personas LGTBI+ prefiere ocultar su identidad sexual en su puesto de trabajo. A partir de abril, todas las empresas con más de 50 trabajadores deberán contar con planes que garanticen la igualdad y la no discriminación de este colectivo
La discriminación laboral del colectivo LGTBI+
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Madrid
En España hay alrededor de tres millones de personas LGTBI+ en edad de trabajar y el 66'5% reconoce hacerlo. La discriminación del colectivo en el mercado laboral es evidente, empezando por el miedo a visibilizar su condición sexual en la empresa. El 70% de las personas LGTBI+ no muestra su orientación en su trabajo, a pesar de que entorno al 75% son visibles de forma general en su vida. Este miedo no es infundado. En el último año, una de cada diez personas LGTBI+ ha recibido un trato desigual relacionado con la no contratación, el despido o la no promoción dentro de la empresa.
El dolor, la rabia y la frustración son las sensaciones más repetidas por el colectivo cuando relatan experiencias de discriminación laboral. Daniela, mujer transgénero, tras trabajar en varias entidades bancarias a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT) llegó a una sucursal mallorquina que la despidió el mismo día de su incorporación "por no encajar con el perfil elitista de la entidad y por no llevar la indumentaria correspondiente". Daniela se presentó con americana y pantalón, y pasó las ocho horas de la jornada laboral sentada en una mesa mirando a la pared. Cuando llegó a su casa recibió a través de WhatsApp la carta de despido.
Tras denunciar a la entidad por transfobia y la ETT nunca más la ha vuelto a emplear. Los datos de la Federación Estatal LGTBI+ que agrupa a más de 50 entidades, revelan que siete de cada diez personas del colectivo considera que las empresas no están comprometidas con este tipo de exclusión.
Erradicar este tipo de discriminación a través de la nueva normativa laboral
Para revertir esta realidad, el Gobierno de la mano de los sindicatos y los empresarios alcanzó en junio un acuerdo, pendiente de la ley TRANS, contra la discriminación de las personas LGTBI en el ámbito laboral que se tradujo en un Real Decreto que será de obligado cumplimiento en abril. A partir de esa fecha, todas las compañías con más de 50 empleados deberán contar con planes de formación específicos sobre los derechos de las personas LGTBI que incidan en la igualdad de trato y oportunidades. Se desarrollarán a través de la negociación colectiva y acordadas con los representantes de las personas trabajadoras.
Además, los convenios o acuerdos colectivos deberán atender a la realidad de las familias diversas, cónyuges y parejas de hecho LGTBI, garantizando el acceso a los permisos, beneficios sociales y derechos sin discriminación por razón de orientación e identidad sexual y expresión de género.
Ocultar la orientación sexual en el trabajo
Medidas que pueden ayudar a eliminar situaciones como las vividas por Arantxa y sus compañeras en una ganadería. "Una vez que ya estás fuera del armario y te expones al juicio público es muy difícil volver a encontrar trabajo en el munipicio", relata esta joven. natural de un pueblo de un millar de habitantes, cuyos contratos dependían en nivel de actividad de la explotación. "Todo el mundo estaba trabajando con cierta frecuencia" pero a las compañeras que visibilizaron su orientación "no se les volvió a llamar".
Arantxa no se atrevió a reconocer su bisexualidad, ahora tiene otro empleo en Santander y ahí se siente más cómoda dentro de su centro de trabajo. "Aun así, muchas veces te encuentras con comentarios que no responden a nada más que no sea un desconocimiento total sobre qué significa el bisexualidad". Pero esa "comodidad" no es total. Se dedica al ocio y al entretenimiento en un colegio y aunque con sus compañeras habla sin tapujos, "dentro del centro no hay una salida del armario porque se impone una heteronormatividad" con la que no se siente prepara para enfrentarse al juicio de los padres.
Mientras sus compañeros heterosexuales sí hablan de los planes que hacen con sus parejas delante de los chavales, ella no lo hace, pero le gustaría. Arantxa entiende que trabajar con la infancia es poder servir de ejemplo, dar valentía y le agradaría "explicarle a los niños que muchas veces esas disidencias existen".