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El Concierto de Año Nuevo cumple 85 años con la primera mujer compositora en su historia

Es el gran acontecimiento cultural con el que empieza el año, el concierto de la Filarmónica de Viena. Esta edición, dirigida por Riccardo Muti, ha contado con 8 piezas de Johann Strauss II por su bicentenario y, por primera vez, la obra de una compositora: ‘Ferdinandus Waltz’, de Constanze Geiger

Ensayo del Concierto de Año Nuevo de Viena dirigido por Riccardo Muti / Heinz-Peter Bader

Ensayo del Concierto de Año Nuevo de Viena dirigido por Riccardo Muti

Hay instituciones a las que les cuesta demasiado avanzar. Una de ellas es la Filarmónica de Viena, que no solo no ha entonado nunca el mea culpa por su pasado nazi, sino que sigue anclada en viejas rutinas y creencias en torno a la igualdad. Nunca ha sido dirigido por una mujer. Hace dos años, su presidente, Daniel Froschauer, defendía que "necesitas a alguien que sea un artista consagrado y con mucha experiencia con nuestra orquesta, normalmente los invitamos a los directores al Concierto de Año Nuevo cuando tenemos una relación artística de unos diez años". La primera vez que una mujer dirija el Concierto de Año Nuevo llegará, pero "hace falta que se desarrolle una relación entre esta orquesta única y el director, que se entiendan mutuamente, y no sucede de la noche a la mañana", añadía. El Concierto de Año Nuevo de 2026 estará dirigido de nuevo por un hombre, el canadiense Yannick Nézet-Séguin, hemos conocido hoy.

La Filarmónica de Viena cree que aún no es el momento de que una mujer dirija el Concierto de Año Nuevo

Después de 84 ediciones del tradicional Concierto de Año Nuevo desde la Sala Dorada de la Musikverein en Viena, sí hemos vivido un primer avance, que sabe a bien poco, y es que el de hoy ha sido el primer concierto en el que hemos escuchado una pieza compuesta por una mujer. Ha sido el vals Ferdinandus Waltz (Vals de Fernando), la novena pieza de este mediático concierto, compuesto por la austriaca Constanze Geiger a los 12 años. Hasta ahora no se había encontrado a ninguna compositora digna de alegrarnos la mañana del uno de enero. Recordemos que ninguna mujer ha dirigido la orquesta, pues no consideran que estén preparadas para ello, a pesar de que muchas de ellas dirijan ya grandes orquestas en todo el mundo.

"Ojalá las cosas empiecen a cambiar", afirma Isabel Dobarro, viendo la buena recepción que ha tenido su primer disco en solitario, en el que reivindica a mujeres compositoras contemporáneas. La pianista compartía en sus redes sociales la buena noticia de que por fin la Filarmónica de Viena incluya una pieza compuesta por una mujer. También este año la coreógrafa Blanca Li lamentaba la poca presencia de las mujeres en las artes en general, durante la presentación de la primera ópera compuesta por una mujer, La liberazione de Ruggiero dall'isola d'Alcina, de Francesca Caccini.

Constanze Geiger. Litografía de 1849 de Gabriel Decker

Constanze Geiger. Litografía de 1849 de Gabriel Decker / Gabriel Decker

Constanze Geiger. Litografía de 1849 de Gabriel Decker

Constanze Geiger. Litografía de 1849 de Gabriel Decker / Gabriel Decker

Otro dato a tener en cuenta es que apenas el 15 por ciento de todos los músicos de la orquesta son mujeres, que pudieron incorporarse a la Filarmónica hace relativamente poco, en 1997. 24 músicas de 145 instrumentistas, ellas al frente siempre, además, de instrumentos como el arpa, razón de peso para haberlas aceptado en la institución ante la escasez de hombres arpistas. La inclusión de la compositora rompe una barrera en este concierto que, esperemos, avance más rápido a partir de ahora. Constanze Geiger (1835-1890) fue una pianista, compositora y actriz que emergió en la música bastante joven. Era hija del compositor Joseph Geiger y amiga cercana de Johann Strauss. "Solo para evitar cualquier malentendido: la elegí porque es buena música", insistía Riccardo Muti, encargado por sexta vez de llevar la batuta, en la rueda de prensa donde se dio a conocer el repertorio.

Una pieza viva y con mucha personalidad que ha sonado en medio de las obras compuestas, como es tradición, por los miembros de la familia Strauss, del padre y de sus hijos Johann, Josef y Eduard. El repertorio se abrió con la Marcha de la libertad, del padre de esta saga de compositores, Johann Strauss I, una obra de 1848, un tiempo de revoluciones. Siguió con el vals Golondrinas de un pueblo de Austria de Josef Strauss, uno de sus hijos. Qué maravilla amanecer, y más en una fría mañana de enero, escuchando el sonido de los pajaritos de barro. A continuación obras de Johann Strauss II, el hijo más presente en el repertorio de este año, al que este año se homenajea especialmente porque cumple 200 años. La filarmónica bordó la polka francesa Polka de los hombres de la demolición y el Vals de la laguna. A continuación fue el turno de otra polka, Aireado y perfumado, de otro de los hijos, Eduard Strauss.

Hasta ahí la primera parte del concierto. Antes de retomarlo, se ha emitido un documental de la ORF, compañía de radiodifusión pública de Austria, y Una odisea de Strauss, un guiño al clásico de Stanley Kubrick, que utilizó música de Richard Strauss para su película de ciencia ficción. Un vídeo en el que Thomas Strauss investiga en una nave espacial la obra y vida de su tatarabuelo, Johann Strauss hijo. Después de este intervalo de más de veinte minutos, el concierto ha continuado con dos piezas de Johann Strauss II, la obertura de la opereta El barón gitano y el vals Aceleraciones, con coreografía del ballet estatal de Viena. Después, los músicos han tocado la polka rápida O una cosa o la otra de Johann Strauss II, con un español en el ballet, Andrés García Torres; el vals de Josef Strauss Transacciones, una pieza que ha querido servir de homenaje al 30º aniversario de la adhesión de Austria a la Unión Europea. Las tres últimas piezas han sido del benjamín de la familia, de Johann Strauss II: Polka de Ana, la polka rápida Tritsch-Tratsch, concebida contra los bulos, y el vals Vino, mujeres y canto.

Riccardo Muti durante un ensayo del Concierto de Año Nuevo de Viena

Riccardo Muti durante un ensayo del Concierto de Año Nuevo de Viena / Heinz-Peter Bader

Riccardo Muti durante un ensayo del Concierto de Año Nuevo de Viena

Riccardo Muti durante un ensayo del Concierto de Año Nuevo de Viena / Heinz-Peter Bader

A la generosa selección de piezas de los Strauss, elegidas con mimo por el italiano, se han añadido algunas curiosidades. Por ejemplo, una marcha extraída de la opereta Das Veilchenmädchen de Josef Hellmesberger hijo. Este compositor empezó estudiando violín y da la casualidad de que debutó en público en el mismo concierto en el que Strauss estrenaba El Danubio azul. El talento del niño prodigio estuvo a punto de eclipsar al más célebre de todos los valses que escribió el rey. El famoso vals volvió a protagonizar uno de los bises que anualmente los músicos regalan al público y a los millones de espectadores que empiezan el año con música clásica.

Riccardo Muti ha felicitado el año en italiano, deseando paz, fraternidad y amor en todo el mundo. A continuación ha sonado El Danubio azul, de Johann Strauss hijo, y la Marcha Radetzky de Johann Strauss padre, con las palmas incluidas.

 
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