Lucía Sesma, lingüista: "A veces es tal la dureza de las palabras que nos censuramos a nosotros mismos"
La lingüista de 'Pasapalabra' y autora de 'La caja de palabras' reflexiona en 'La Ventana' sobre el impacto del lenguaje en la historia y la cultura
Lucía Sesma, lingüista: “A veces es tal la dureza de las palabras que nos censuramos a nosotros mismos”
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Madrid
Lucía Sesma, filóloga y lingüista del programa Pasapalabra, acaba de publicar su libro La caja de palabras, una obra que explora la inmensa influencia que el lenguaje tiene en nuestra vida cotidiana y en los eventos históricos. En su libro, Sesma se adentra en el poder transformador del lenguaje, que, según ha explicado en La Ventana, va más allá de ser una simple herramienta de comunicación.
"El lenguaje somos nosotros. Lo vamos aprendiendo cuando nacemos y lo vamos transformando. No es una herramienta, es nuestra propia identidad y es única. Igual que los faros tienen unas coordenadas específicas o el ADN es único en cada persona, nuestra manera de hablar también es única", ha explicado la autora.
Palabras que cambian el curso de la historia
Sesma utiliza ejemplos históricos para ilustrar cómo unas simples palabras pueden tener repercusiones trascendentales. Un caso emblemático es el de la caída del Muro de Berlín en 1989. En una rueda de prensa celebrada en Berlín, el miembro del politburó de la RDA, Günter Schabowski, pronunció dos palabras clave que, según la autora, cambiaron el destino de Alemania y del mundo.
"Fue una rueda de prensa específicamente para corresponsales internacionales en Berlín. El día anterior habían dado otra y estaban muy expectantes, lo que se preveía es que iban a abrir un poquito los permisos de vacaciones, entonces los periodistas estaban esperando eso, pero ante tanta convocatoria estaban nerviosos. Y así fue como una pregunta del corresponsal italiano derivó en una respuesta como ese 'Ab sofort' y provocó esa caída", ha relatado Sesma, refiriéndose a las palabras "de inmediato" que Schabowski pronunció sin querer, desatando la apertura de fronteras y el colapso del muro.
El lenguaje como clave en la Segunda Guerra Mundial
En su obra, Sesma también destaca una historia fascinante sobre el pueblo navajo. Durante la Segunda Guerra Mundial, un regimiento de soldados navajos ayudó a desarrollar un código secreto basado en su compleja lengua para transmitir mensajes sin que los enemigos japoneses pudieran descifrarlo. "Este es un regimiento que se creó específicamente para la Segunda Guerra Mundial. La lengua navajo no tiene escritura, por lo cual era más complicado para las descodificaciones japonesas. Aparte de que el navajo no tiene escritura, ellos se prepararon todo un regimiento de codificación con la lengua navaja fonéticamente con una escritura, se hizo un cuadernillo donde había unas correspondencias entre palabras navajo y el inglés. Fue una historia que estuvo clasificada durante muchísimos años", ha explicado Sesma.
La autora también ha reflexionado sobre el impacto profundo de la lengua en la cultura. "La lengua refleja nuestra cultura, nuestra civilización, lo más profundo de nuestra alma y de todo nuestro pensamiento, entonces seguramente haya una autocensura en la sociedad ante aquello que no queremos demostrar o que nos resulta tan duro que ni siquiera podemos contarlo".
El desafío de traducir
Sesma no solo aborda temas históricos, sino que también ofrece un vistazo al lado más curioso y divertido de la lengua. Uno de los ejemplos más sorprendentes es la dificultad de traducir las aventuras de Astérix. La autora ha destacado cómo los cómics presentan un reto único para los traductores debido a los guiños culturales, las onomatopeyas y el humor. "La traducción cultural es una de las más difíciles y más divertidas. Lo que se tiene que conseguir en la traducción, en este caso cuando hay guiños cómicos, es no solamente transformar y dar la información concreta, sino transmitir la comicidad y la empatía. El humor es una de las cosas que tiene un anclaje tan fuerte y personal que resulta muy interesante y divertido", ha señalado Sesma.
Además, dedica un capítulo a los anglicismos, un tema polémico en la lengua española. Para Sesma, el uso excesivo de términos ingleses es un tema complejo: "Sí que abusamos, pero creo que hay que tener en cuenta que a veces los anglicismos nos ayudan porque lo que es importante es la adecuación". La lingüista advierte que el problema surge cuando estos anglicismos se emplean en contextos inapropiados o de manera innecesaria, causando confusión entre los receptores. "Si utilizamos los anglicismos en un contexto donde son muchísimos o no son pertinentes y nuestros receptores no esperan anglicismos y producimos extrañeza, hemos fracasado en la comunicación, pero no fracasaremos si nuestro entorno comunicativo está esperando eso y se produce éxito, es decir, nos entienden", ha explicado.