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Miguel Brieva: "El dinero es una cuestión casi religiosa, es como un Dios en nuestra sociedad"

Tras años agotada, la obra visionaria de Miguel Brieva, 'Dinero', vuelve a estar disponible en una edición completa y ampliada con material inédito

Miguel Brieva: "El dinero es una cuestión casi religiosa, es como un Dios en nuestra sociedad"

Miguel Brieva: "El dinero es una cuestión casi religiosa, es como un Dios en nuestra sociedad"

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Miguel Brieva (Sevilla, 1974) es uno de los grandes autores de cómic en nuestro país. Sus obras llenas de humor, de crítica política y de una mirada al mundo muy personal, junto con una estética que recuerda a la publicidad de los cincuenta, son parte de la novela gráfica española. Por eso es significante la vuelta de Dinero, una recopilación de publicaciones que, a principios de los 2000, empezó a publicar y repartir en modo fanzine por la zona del Rastro de Madrid. "Esto es un fanzine que yo sacaba en el 2001, que repartía por librerías y que aspiraba como a ser un comentario con humor negro, una sátira muy bestia del mundo, de aquella época, de aquella época que era la de la burbuja inmobiliaria y parece que costaba cuestionar el modelo actual. Ahora tenemos pistas más evidentes para cuestionar el modelo, aunque aún así, somos capaces de pensar que todo está genial. Pero el caso es que desgraciadamente creo que sigue teniendo la misma vigencia, si no más, porque los problemas siguen siendo igual de acuciantes", nos cuenta el autor sobre una nueva edición.

La editorial Astiberri nos trae esta obra monumental que, 25 años después, no solo no ha pasado de moda; sino que es más actual que nunca, por su crítica mordaz al capitalismo que metió los tentáculos en todo lo que pudo. En aquel momento el mundo vivía en la ingenuidad neocapitalista, todavía no habían caído las Torres gemelas, no tuvimos la crisis de 2008, el 15M, ni la pandemia. Desafíos y catástrofes que no han tumbado al sistema capitalista. "Es lo más curioso, visto desde la distancia que todo siga igual", reconoce Brieva. "A mí me pasa mucho, que cuando nos quejamos, con toda la razón del mundo, de que se están cargando la sanidad, del problema de la vivienda, del problema del trabajo, del problema del medio ambiente... Al final da la sensación de que perdemos mucha energía en esas quejas, pero tampoco acabamos de atar los cabos para explicar que todo está ligado y vienen de una misma cuestión de fondo", analiza el dibujante. "Con el tiempo he acabado pensando que es una cuestión casi religiosa, mitológica. El dinero, a día de hoy, es una religión intrascendente, no es trascendente en el sentido de que no apela a una fuerza superior, porque el dinero lo hemos creado nosotros, pero de repente genera una fuerza similar o un enajenamiento similar al de un dios. Y quizá por eso nos es tan difícil ponerlo en cuestión o siquiera ser consciente de ello".

Cubierta de &#039;Dinero&#039;, de Miguel Brieva

Cubierta de 'Dinero', de Miguel Brieva / Astiberri

Cubierta de &#039;Dinero&#039;, de Miguel Brieva

Cubierta de 'Dinero', de Miguel Brieva / Astiberri

La religión del dinero es la que cuestiona a lo largo de estas páginas, con humor negro y con ironía e inteligencia, y explica que, en los últimos años, la crítica a este sistema ha venido del feminismo. "En los últimos años sí se está repensando de una manera crítica y en eso han contribuido mucho las autoras feministas, que han tenido otro enfoque y y han contribuido un poco a revolver esos lugares comunes", insiste el autor que él mismo en su libro trata de romper otros lugares comunes. En este caso, los de la publicidad de los años 50. La estética de esos anuncios es la que usa, precisamente, para subvertir la idea del consumo y del capital. "Es una estética muy bonita, pero al mismo tiempo también había algo un poco perverso, un poco pop, porque era el germen de la sociedad de consumo a pleno rendimiento. La idea era jugar con esas imágenes y deconstruirlas y tratar de desvelar significados más profundos, más jodidos. He querido huir de la complacencia con esa estética puramente vintage y tratado de sacarle un mensaje".

Las viñetas que recorren el volumen son un grito desesperado, de familias dadas al consumismo atroz, de un planeta que agoniza porque nos lo hemos cargado, de unos medios de comunicación totalmente enajenados e inútiles. "Cuando se van vaciando las cosas que verdaderamente te satisfacen como ser humano, que tienen qeu ver con con la sociabilidad, con el reconocimiento con los demás, con la fiesta, con la creatividad, cuando uno ya vive en una sociedad disfuncional, es entonces cuando triunfa el consumo a lo grande". Hay también guiños al emérito, que en aquel momento seguía siendo "el campechano", y ni una crítica se vertía sobre él. Hoy leemos ese chiste con él en Abu Dabi. "Siempre se ha buscado maneras de hacer esa crítica. Yo también lo hacía de un modo que no era de trazo grueso. Pero al final, pese a que las cosas están ahora más removidas, la figura del rey, aunque ahora sea su hijo, sigue siendo parecida, es la figura que sirve como tapón histórico y que hace que otras fuerzas más transformadoras no puedan emerger".

Influido por Chicho Sánchez Ferlosio, por la filosofía política de Santiago Alba Rico, quien firma el prólogo, y por el humor y la tradición de cómicos de nuestro país, como demuestra Andreu Buenafuente, que también introduce el libro, Miguel Brieva sigue sabiendo cómo contar la deshumanización que vive la sociedad, el individualismo atroz y el peso que el dinero tiene sobre nosotros. "El humor siempre tiene la la posibilidad de conectar conceptos complejos, algo que está en el pensamiento, con una sensación orgánica y placentera, que es la risa. Es un mecanismo fundamental, no solo de uso cotidiano, sino para pensar el mundo", explica sobre algo que ha acompañado su obra desde sus comienzos. "Cuando yo empecé a hacer estas viñetas fui dándome cuenta de que la sátira sirve para desvelar las mentiras, los trampantojos de la realidad. Pero cuando la realidad ya se empieza a exhibir sin trampantojo, es decir, que el trampantojo ya no tiene trampa, como pasa con Trump, que no hay nada detrás, está todo ahí delante, pues quizá ya no puedes desvelar nada desde la sátira, porque está desvelado", insiste sobre el estilo. "Digamos que tengo una actitud, un acercamiento a través del humor, que me parece la manera más gozosa de de abordar el mundo. Pero luego es verdad que también hay un deseo de que ese humor tenga un impacto, que sea un vehículo de transformación", añade el autor que demuestra que todo arte es político.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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