Un doctor en Física Teórica explica por qué 2025 es un "año cuadrado"

Madrid

Con el cambio de calendario, muchos afrontan el año nuevo con la esperanza de que sea especial, refrescante. Para los matemáticos 2025 lo es, y no solo por cuestiones simbólicas: se trata de un 'año cuadrado', una rareza numérica que ocurre pocas veces en la vida de una persona, si es que llega a ocurrir alguna vez. Alessandro Maccarrone, doctor en Física Teórica y divulgador científico, ha explicado en La Ventana por qué este año despierta tanto interés entre los amantes de los números.

"2025 es un año cuadrado (45²) y, para muchos, será el único que vivamos", ha comenta Maccarrone, quien también es autor de El infinito placer de las matemáticas (ed. Blackie Books). Este concepto convierte al año en una rareza. El último año cuadrado fue 1936 (44²) y el siguiente será 2116 (46²), lo que hace que estos eventos ocurran cada vez con mayor espacio temporal, porque cada vez pasan dos años más.

Entre 1936 y 2025 han pasado 89 años y, entre el 2025 y 2116, van a pasar 91. "Esto es algo arbitrario. En otras culturas estamos en otro año. Yo buscaba esta numerología porque los que hemos tenido la suerte de vivir en el 80, cumplimos 45 años. En 1936 cumplió 44 años Franco, otra casualidad. Espero que nadie de 1980 haga nada raro", ha dicho Maccarrone entre risas.

La peculiaridad del 2025 va más allá de su condición de cuadrado perfecto: es la suma de los cubos de los números del 1 al 9 (1³ + 2³ + 3³ + … + 9³). Además, 2025 puede descomponerse en 20 y 25, las cifras que lo forman, y resulta que 45 (la raíz cuadrada de 2025) también es un 'número triangular', es decir, el resultado de sumar los números naturales del 1 al 9. "Si cogemos 2025 fichas y las apilamos, podemos hacer 45 columnas y 45 filas y llenamos un cuadrado", ha contado el físico.

"Estos detalles hacen que 2025 sea matemáticamente muy llamativo", ha explicado Maccarrone, quien asegura que los números, como las palabras, tienen historias fascinantes que pueden cautivar incluso a quienes no se sienten cercanos a las matemáticas. En su libro El infinito placer de las matemáticas, Maccarrone explora cómo los conceptos matemáticos, lejos de ser abstracciones frías, están llenos de belleza y relevancia cultural. La obra, que aborda 17 conceptos fundamentales, busca reconciliar a los lectores con esta disciplina, presentándola como un lenguaje universal que combina la técnica, la ciencia y el arte.

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Maccarrone critica el enfoque tradicional en la enseñanza de las matemáticas, que a menudo prioriza la memorización de reglas por encima de la comprensión profunda. Además, defiende integrar las matemáticas con otras disciplinas culturales, como la literatura y la música, para destacar su papel como una forma de expresión creativa. "La pasión por los números me viene de un tío mío italiano que me transmitió ese amor por las matemáticas. Yo veía como le explicaba a mis primos para recuperar exámenes y eso hizo que naciera el amor por las matemáticas", ha explicado.

El trabajo de Maccarrone en la empresa educativa Science Bits también está alineado con su filosofía. Allí diseña materiales didácticos que combinan explicaciones teóricas y prácticas, fomentando una comprensión profunda y significativa. Padres y estudiantes que han leído su libro aseguran que les ha ayudado a redescubrir las matemáticas desde una perspectiva más cercana y desenfadada.