Francia y Alemania plantan cara a las exigencias territoriales y militares de Donald Trump

No ha pisado aún la Casa Blanca de nuevo, lo hará a partir del día 20, pero Donald Trump marca esta semana los mensajes públicos de los principales gobiernos europeos. Su amenaza de intentar hacerse con Groenlandia, bajo soberanía danesa, o sus exigencias a los países de la OTAN para que gasten hasta un 5% de sus presupuestos nacionales en Defensa han despertado el rechazo frontal del gobierno de Francia o de prácticamente todo el espectro político en Alemania.

En el caso de Francia, el ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, ha avisado este miércoles en una entrevista en France Inter que con el regreso de Trump cambiará la relación bilateral entre la Unión Europea y Estados Unidos. "Si me pregunta si va a invadir Groenlandia, le diré que no, pero sí que entramos en una era en la que regresa la ley del más fuerte", ha advertido Barrot.

Europa tiene que reforzarse más, tenemos que despertar

—  Jean-Noël Barrot, ministro de Exteriores de Francia

El ministro francés ha llevado la oposición a Trump a un escenario que va más allá de las fronteras nacionales, intentando extrapolarlo a toda la Unión. "Obviamente no hay duda de que la Unión Europea no va a permitir a otras naciones del mundo atacar sus fronteras, sea la nación que sea. Somos un continente fuerte", ha dicho en relación con Groenlandia.

El gobierno alemán por su parte ha insistido este miércoles en que nunca va a apoyar una violación territorial mediante el uso de la fuerza. El canciller Olaf Scholz ha explicado a primera hora de la tarde que "en mis conversaciones con nuestros socios europeos se ha puesto de manifiesto una cierta incomprensión respecto a las actuales declaraciones de Estados Unidos" sobre Canadá y Groenlandia. Scholz ha confirmado que en las últimas horas ha hablado con el presidente francés, con la primera ministra danesa y con el Secretario General de la OTAN.

Rechazo al gasto en Defensa

A esta respuesta de Francia se suma el debate en Alemania sobre el futuro gasto en Defensa en el país, que celebra elecciones a finales de febrero. Todos los partidos rechazan la exigencia de Trump sobre ese gasto. El presidente electo de Estados Unidos quiere que los socios de la OTAN lleguen a destinar hasta un 5% de su presupuesto a Defensa, muy por encima del mínimo del 2% que pide la dirección de la Alianza Atlántica a los países miembros.

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El presidente del Comité de Defensa del Bundestag, el liberal Marcus Faber, cree que ese porcentaje es demasiado alto y apela al resto de países de la OTAN a que acuerden un incremento del gasto, pero sin llegar a plegarse a la demanda de Trump.

Tanto los conservadores, principales favoritos para las elecciones, como los socialdemócratas y los verdes coinciden en que Alemania debe aumentar su gasto para llegar al 2%, pero descartan alcanzar el 5. El líder de la conservadora CDU, Friedrich Merz, explica en una entrevista en la prensa este miércoles que "primero debemos alcanzar el 2%, que no estamos ahí todavía. Los objetivos del 3 o el 5 son irrelevantes, lo decisivo es que hagamos lo que sea necesario para defendernos".

La extrema derecha de AfD, que parte como segunda en las encuestas y puede tener influencia en la futura formación de gobierno, es partidaria de reintroducir el servicio militar obligatorio y de incrementar el gasto para el ejército, pero tampoco se ha comprometido a respaldar la exigencia de Trump.

Dinamarca llama a la calma

El gobierno danés mantiene desde hace días la misma posición de mostrar su intención de mantener una cooperación constante con Donald Trump sobre todo en los asuntos que tengan que ver con el Ártico al tiempo que ha cerrado la puerta a cualquier venta de Groenlandia.

El ministro de Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, ha descartado este miércoles que haya una crisis en las relaciones bilaterales y ha apelado a la calma hasta que Trump tome posesión: "Lo que tenemos que hacer es mantener la cabeza fría", ha dicho Rasmussen en una comparecencia ante la prensa. El ministro en todo caso ha admitido que Dinamarca considera "legítima" la "preocupación" de Estados Unidos en relación al Ártico por "las actividades crecientes" de Rusia y de China en esa región.

Groenlandia no forma parte realmente del territorio de la UE, se salió del grupo comunitario en 1985, pero está bajo soberanía de Dinamarca, que gestiona su defensa y seguridad, y la UE es su principal socio comercial. La Comisión Europea por su parte considera aún hipotético el plan de Trump, recuerda que ni siquiera ha tomado posesión, aunque en todo caso Bruselas evita comparar este afán expansionista con las amenazas de Putin antes de que Rusia invadiera Ucrania. Cree la Comisión que no son comportamientos comparables.

Rusia, a la espera

El gobierno ruso por su parte repite este miércoles un mensaje que viene dando desde que Trump ganó las elecciones: el de esperar a que tome posesión en la Casa Blanca para ir al detalle de sus anuncios. En esa línea se ha expresado hoy la portavoz de Exteriores del Kremlin, María Zajárova: "Aún no ha asumido el cargo, vamos a esperar a que de nuevo sea presidente", ha dicho, aunque ha dejado caer que entiende las pretensiones territoriales de Trump que considera que "está devolviendo el maltrato que otros países pudieron mostrarle en su primer mandato", en referencia a la Unión Europea.

Algunos analistas y medios rusos cercanos al Kremlin, como el presentador de televisión Vladímir Soloviov, han argumentado en las últimas horas que Putin puede ver con buenos ojos las pretensiones de Trump porque podría tomarlo como un respaldo a las políticas internacionales expansionistas que defiende también el presidente ruso. "Si apunta a Canadá, por ejemplo, lo que Trump nos dice directamente es: rusos, podéis tomar los países Bálticos", llegó a decir Soloviov, que figura entre las personas sancionadas por la Unión Europea, en su último programa en televisión pública rusa.