Hoy por HoyEl cuaderno de Ángeles Caballero
Opinión

Ángeles Caballero se fija en lo ocurrido con Jenni Hermoso durante el juicio a Rubiales y sentencia: "El enésimo intento de desacreditar a la víctima, retransmitido por YouTube"

La jugadora recordó que la estaba besando "su jefe" y reafirmó que ella "no buscó" ese acto en ningún momento

Madrid

El juez ordenó que entrara Jennifer Hermoso en la sala. Y Hermoso entró, posó su bolso negro sobre la mesa, se quitó el abrigo del mismo color y lo colocó abrazando el asiento, tomándose algo de tiempo. Sentada, con un cuello vuelto pegado al cuerpo, el vaquero y las zapatillas de deporte, la coleta alta peinada con cepillo pulidor. Y empezó a hablar, serena, tranquila, con un rostro, el suyo, sin emitir gestos ni aspavientos, algo cansado, porque esto no es un juicio en la corte penal de Manhattan. Estamos en San Fernando de Henares y le tocó a Hermoso contestar por todas.

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Estamos en San Fernando de Henares y hay cuatro hombres, sentados no en el banquillo, sino junto a sus respectivos abogados, que observan lo que ocurre. Las crónicas hablan de Rubiales comentando la jugada con su defensa, de Jorge Vilda y Albert Luque con la vista fija en ella. Y cuentan que Rubén Rivera bajó la cabeza en cuanto la de Vallecas se sentó en la silla y así estuvo durante toda la mañana.

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"Me estaba besando mi jefe y eso no debe ocurrir", dijo la jugadora, que ha tenido que pagarse los abogados y los psicólogos que ha necesitado todo este tiempo. Solita, solita, como le advirtió Albert Luque en un WhatsApp, uno de los acusados, que se iba a quedar por haber sido tan mala persona. Por haber endosado semejante marrón a un hombre cuyo único pecado es mostrarse tal y como es. Efusivo, cariñoso. Un padre de familia y, por tanto, inmunizado de cualquier mancha. La que sintió ella. Mancha, dijo, falta de respeto. Y la culpa. "Yo no busqué ese acto", argumentó.

Ayer asistimos al enésimo intento de desacreditar a la víctima retransmitido esta vez por YouTube. Usted tenía una relación de amistad con el acusado, ¿verdad?, tenía su teléfono móvil, alguna vez se despidió mandándole "un besote" e incluso un emoji con una carita sonriente que lanza un beso. Usted estaba contenta, agradecida y emocionada. Usted, si repasamos las imágenes y los videos, sonreía bastante. Tan mal no estaría, ¿verdad?

Y Hermoso repitiendo que ella, como cualquier otra, no milimetra ni sus sentimientos ni sus reacciones. Que no tiene que estar llorando en una habitación ni tirarse al suelo para dar a entender que eso no le gustó. Que una se da cuenta de las cosas a veces al instante y las más cuando puede, cuando abre los ojos y se da cuenta de lo que ocurrió. De lo que implica ese beso no consentido y las coacciones que vinieron después. Y de ese sistema, tupido y repleto de personas dispuestas a cubrirse unas a otras con tal de no perder su poder, que es implacable y feroz. Una maquinaria perfectamente engrasada ante la que ella respondió denunciando. Cuántas no pueden hacer lo mismo.

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Ángeles Caballero

Ángeles Caballero

Periodista. Colabora en 'Hoy por Hoy', con Àngels Barceló. Escribe en El País. Y habla en La Sexta.

 
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