A vivir que son dos díasLa píldora de Enric González
Opinión

Impuestos

"Lo suyo es pensar en lo mucho que recibes a cambio de lo que pagas. Intentaré acordarme cuando toque la próxima declaración de la renta"

Impuestos

Hay gente que se declara feliz por pagar impuestos. Yo, por desgracia, no he llegado a ese nirvana. A mí no se me erizan los orgullos cívicos cuando liquido el IRPF, más bien al contrario: se me queda el ánimo lacio para todo el día, y hasta para el día siguiente. Es triste, pero es así. Incluso fantaseo a veces con vivir en un lugar libre de impuestos.

Ocurre que esos lugares donde Hacienda apenas aprieta no suelen ser como Mónaco o Andorra, en parte financiados por el contribuyente ajeno. Los paraísos de verdad “tax free” son más bien infiernos como Haití o Somalia. Acabo aceptando que los impuestos son un mal necesario, como la policía o la prensa. Los impuestos, en resumen, vienen a ser el precio que pagamos por la civilización.

Y la civilización sí nos gusta. Salir de casa y encontrar la calle limpia, caminar sin miedo, disfrutar, aunque disfrutar no parezca aquí el verbo adecuado, de escuelas y hospitales que consideramos gratuitos porque los hemos pagado de antemano.

Pongámonos en lo peor: si sufres una enfermedad grave, en un país como España puedes concentrarte en recibir un tratamiento de primera calidad en la sanidad pública; en un país como Estados Unidos, donde se ensalza lo privado, no sólo tienes miedo a morir, sino que te mueres de miedo ante la idea de que dejarás a tu familia arruinada bajo un montón de facturas hospitalarias.

Prefiero no meterme en los aspectos escandalosos del sistema fiscal: lo poco que pagan quienes más tienen y esas cosas. Para qué amargarnos la mañana. Ni vale la pena echar mano de sofismas como el siguiente: una multa es un impuesto que pagas por hacer algo mal; un impuesto es una multa que pagas por hacer algo bien.

Lo suyo es pensar en lo mucho que recibes a cambio de lo que pagas. Intentaré acordarme cuando toque la próxima declaración de la renta.

Me llamo Enric González. Les deseo un feliz día, aunque venga con IVA.