Enrique Goñi: "Somos hijos de Aristóteles y de la Ilustración; en Europa podemos competir tecnológica, cultural y éticamente"
Aimar Bretos entrevista a Enrique Goñi, presidente de la Fundación Hermes, una organización sin ánimo de lucro que trabaja por la promoción y la defensa de los derechos digitales de los ciudadanos
Madrid
Enrique Goñi es un tecnófilo convencido, que esquiva los términos que suelen utilizar los agoreros de las nuevas tecnologías. "Es ponerse, no arrugarse", proclama Goñi que apuesta por "afirmar, desarrollar y crear modelos donde la ética y la regulación estén presentes". Goñi preside la Fundación Hermes, una organización sin ánimo de lucro que trabaja por la promoción y la defensa de los derechos digitales de los ciudadanos. No critica la tecnología, sino los malos usos. Ni más, ni menos.
Desde la Fundación Hermes, promueven, defienden y difunden los derechos de ciudadanía digital y para hacerlo reivindican la tradición cultural europea para que las nuevas tecnologías no dejen a un lado la ética. "Nosotros somos hijos de Sócrates y Aristóteles, somos hijos de la Ilustración. ¿Cómo vamos a amortizar todo eso? Podemos competir tecnológicamente, pero tenemos que competir también culturalmente", sentencia Goñi.
Sensibilización y movilización son los ejes sobre los que la Fundación Hermes quiere dejar "un mundo de decencia democrática para hijos y nietos". Cuando Goñi empezó a comentar sus propuestas a los políticos, en 2016, "parecía una marcianada", pero ahora reconoce que estamos en otro momento porque "la ciudadanía empieza a ver que se está tocando el esquema de sus libertades y la esencia misma de la democracia". Frente a los que critican la regulación europea, alegando que no sabemos innovar, Goñi recurre a su experiencia en el campo empresarial. Sostiene que los europeos innovan, pero carecen de "un mercado de capitales estructurados para financiar esa innovación". "Hay que crear agua que riegue la fecundidad europea", aconseja el banquero.
R2T2
Goñi aterriza la realidad tecnológica con ejemplos más conocidos para la mayoría de la población. "¿Podemos dejar entrar en nuestras fronteras alimentos no certificados? No. Deben estar homologados para el consumo humano", explica Goñi. Propone hacer propia la fórmula R2T2: "algoritmos revocables, responsables, trazables y transparentes". Sostiene que la industria no puede argumentar que no puede enseñar los algoritmos, porque "tienen que abrir las cajas negras, no al conocimiento del mercado, pero sí a una agencia nacional o internacional certificadora". No sólo debemos saber de dónde viene el algoritmo, sino también hacia dónde va, porque "hay mutaciones". Respecto a la verificación, cree que no tiene que ser ideológica, como no lo es la verificación farmacéutica. La verificación tiene que hacerla un "organismo de carácter público y, a ser posible, transnacional desde el primer momento". Todo ello con un fin común: garantizar el modo de vida social, política y económica europea.
¿Europa puede? Sí
Goñi tiene un mensaje para los escépticos, para los que creen que los europeos nunca podrán competir con los gigantes tecnológicos estadounidenses. "Uno de cada cuatro unicornios, las empresas que valen más de mil millones, tienen su origen en Europa" apunta Goñi. Por eso, aclara que los europeos tenemos a nuestros propios Musk o Zuckerberg, pero no hemos regado con dinero esa iniciativa tecnológica.
"Hay que permitir que fondos de pensiones o fondos a largo plazo financien tecnologías que están en etapas maduras. Tenemos que llevar el ahorro hacia nuestra competitividad". Sobre el futuro de Europa en el campo de la innovación es optimista porque reconoce que aunque Europa le ha desperado, no le ha decepcionado. Es un gran lugar para vivir, añade Goñi, pero que "se despierta con descargas, con los electrodos puestos".

Marisol Rojas
Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....