Más gasto militar y menos social: las consecuencias de que España aumente la inversión en defensa hasta el 2% del PIB

Madrid

España gastará el 2% en defensa antes de 2029. La decisión de rearmarse es política, pero tiene una consecuencia económica: se necesita mucho dinero para cumplir con ese aumento de gasto previsto. Para empezar, se necesitan unos 17.000 millones de euros extra, casi duplicar nuestro gasto en Defensa, hablamos de esa cantidad de dinero en menos de 4 años.

A fecha de hoy, con "criterio contable OTAN", España gasta en defensa 19.723 millones de euros, el 1,3% del PIB. Llegar al 2% significaría saltar a 36.000 millones en menos de 4 años. Así que va a ser necesario más gasto militar y menos gasto social.

España ya ha subido su gasto en defensa hasta ahora. En los últimos cinco años ha aumentado su gasto en 8.000 millones, unos 1.600 millones más al año. Pero el nuevo ritmo significa que el Ejecutivo va a tener que destinar 4.250 millones extraordinarios a gasto militar.

Esos 4.000 millones de euros es lo que España paga en el Ingreso Mínimo Vital. Ese es el calibre del gasto, el dinero, que vamos a tener que gastar ahora en Defensa.

Posibles recortes en otras partidas

El Gobierno suele decir que el crecimiento económico permite hacer ese gasto sin tener que recortar nada más, pero ¿es factible con estas cifras? Creciendo menos y gastando más, no es posible. Va a ser necesario elegir porque 4.000 millones de euros de inversión en defensa choca con:

• Una pared política. Son necesarios unos Presupuestos Generales del Estado. Los prorrogados contemplan un gasto militar de 12.317 millones de euros (19.000 con criterio contable de la OTAN) y hay que aumentar esa partida un 21%. Se pueden pedir créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y flexibilizar la contabilidad, pero es muy complicado aumentar el gasto en defensa un 21% sin presupuestos.
• Una pared económica. Un aumento del 21% en la partida de defensa, incluso aunque se haga con deuda que luego hay que devolver, obliga a reordenar las prioridades de gasto. Es decir, hay que gastar más en tanques y menos en mantequilla, atendiendo al viejo dilema económico.

El Estado central ya gasta más dinero en Defensa que en Sanidad, Educación y Cultura juntos: 36.000 millones de euros en Defensa va a significar que el Ejecutivo casi gastará tanto en lo militar como en transferencias a las autonomías. No son palomitas, sino gasto de calibre y el fin del "dividendo de la paz".