Trump da marcha atrás y no subirá a Canadá los aranceles del acero al 50% tras conseguir que Ontario no aumente el precio de la electricidad que exporta

Madrid

El asesor comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Peter Navarro, ha asegurado el martes que no entrarán en vigor los aranceles de un 50% sobre el acero y el aluminio canadienses. Respondiendo a un periodista de la CNBC, Navarro ha afirmado que sí empiezan la medianoche del miércoles los aranceles del 25% al acero y aluminio para todos los socios comerciales, incluido Canadá.

El presidente estadounidense Donald Trump ya había abierto la puerta a suspender los aranceles adicionales al acero y aluminio canadiense después de que el gobernador de Ontario anunciara gravámenes a la electricidad proveniente de Estados Unidos. "Había un señor muy fuerte en Canadá que dijo que iba a imponer impuestos y costes a la electricidad de Estados Unidos y hemos sido informado hace poco de que no lo va a hacer", ha indicado Trump, añadiendo que "probablemente" reconsiderará esos nuevos aranceles en represalia que anunció unas horas antes.

A principios de este mes Trump había anunciado aranceles sobre todos los productos de acero y aluminio que ingresen a Estados Unidos desde cualquier lugar, incluido Canadá. Esto significa que cada vez que cualquier acero o aluminio canadiense cruce el paralelo 49, los importadores estadounidenses tendrán que desembolsar el 25% al gobierno estadounidense, a lo que había que añadir otro 25% después de que el presidente de Estados Unidos anunciara en su red social que, en lo referente a sus vecinos del Norte, puede llegar al 50%.

Como ocurre con muchos productos canadienses, la gran mayoría de las exportaciones de acero y aluminio se destinan a Estados Unidos. ¿Cómo de grande es esta dependencia? Solo en diciembre de 2024, más de 1.000 millones de dólares en acero se destinaron a Estados Unidos. La mayor parte de estas exportaciones vino de Ontario. El aluminio también es una exportación que llega a los 1.000 millones de dólares, y la mayor parte proviene de Quebec.

El objetivo declarado de Trump al imponer aranceles es moderar la demanda de productos extranjeros y ayudar a estimular la producción interna en Estados Unidos. Como resultado, la demanda estadounidense de productos canadienses caería y probablemente conduciría a pérdidas de empleos allí en Canadá, especialmente en Quebec y Ontario.

"Si lo fabricamos en Estados Unidos, no necesitamos que se fabrique en Canadá. Tendremos los empleos, por eso Canadá debería ser nuestro estado número 51". En Canadá, se perderían más de 5.000 puestos de trabajo relacionados con el sector de modo directo y el doble en fase indirecta.

El jefe de gobierno de Ontario suspende la decisión de encarecer la electricidad a EEUU

El jefe de Gobierno de Ontario, el conservador Doug Ford, ha anunciado este martes que suspende temporalmente la decisión de encarecer un 25 % la electricidad que suministra a Estados Unidos, después de que según él el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, haya decidido retomar el diálogo.

Ford dijo que él y Lutnick tuvieron por la mañana "una conversación productiva sobre la relación económica entre Estados Unidos y Canadá". El lunes, el jefe de Gobierno de Ontario había apuntado que se vio obligado a encarecer la electricidad suministrada en respuesta a las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump.

La medida suspendida ahora temporalmente iba a permitir a Ontario recaudar entre 300.000 y 400.000 dólares canadienses (207.000 y 277.000 dólares estadounidenses) adicionales al día y Ford ha explicado que podría aumentar más el precio si Trump incrementa los aranceles contra Canadá.

Tras meses de amenazas, Trump implementó el 4 de marzo aranceles de un 25 %, con algunas excepciones, al comercio con Canadá. El Gobierno canadiense ha respondido con gravámenes de la misma cuantía a productos estadounidenses valorados en unos 30.000 millones de dólares canadienses.

Ontario es la provincia más poblada de Canadá y el centro del sector manufacturero, pues concentra todas las plantas de montaje de automóviles de Canadá, y adoptó represalias contra productos estadounidenses independientemente de las decididas por el Ejecutivo federal.

Desde la perspectiva norteamericana

Canadá es un socio comercial crucial para Estados Unidos y el principal proveedor extranjero de acero y aluminio de ese país, por delante de China y México. El acero y el aluminio de Canadá son los componentes básicos de una enorme cantidad de bienes de consumo, incluidos automóviles, latas y electrodomésticos.

Para entender los efectos en Estados Unidos, basta con remontarse al año 2018, el año en que Trump impuso por última vez este tipo de aranceles, y después de que se introdujeran esas medidas, un análisis que publicó la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos concluye que los aranceles de 2018 "ni aumentaron ni redujeron el empleo en Estados Unidos en los sectores recientemente protegidos", pero concluyó que "los aranceles de represalia tuvieron claros impactos negativos en el empleo".

Otro informe, este de la Comisión de Comercio de Estados Unidos, concluyó que los precios del acero y el aluminio aumentaron como resultado de los aranceles. Esos aranceles se eliminaron en 2019. La respuesta de Canadá, aún no se conoce, pero "Si se llega a ese punto, nuestra respuesta, por supuesto, será firme y clara. Defenderemos a los trabajadores canadienses. Defenderemos a las industrias canadienses", dijo Justin Trudeau, la semana pasada.

En la actualidad, Canadá y Estados Unidos mantienen una relación comercial siderúrgica casi recíproca. En 2024, casi 13.000 millones de dólares estadounidenses en acero y hierro ingresaron a Estados Unidos desde Canadá y un poco más de 11.000 millones de dólares estadounidenses se trasladaron en la dirección opuesta, según cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Sin embargo, la brecha entre las importaciones y las exportaciones de aluminio es enorme. Estados Unidos importa más de tres veces más de lo que exporta a Canadá, lo que pone de relieve hasta qué punto la cadena de suministro entre los dos países depende del aluminio de Canadá