Sara Mesa: "Hay gente trabajando muchísimo en hacer cosas inútiles"
La autora madrileña publica "Oposición" en Anagrama

Sara Mesa: "En el mundo del trabajo no se trata de conseguir lo máximo con el mínimo esfuerzo"
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Madrid
Sara es una joven que entra a tabajar en la Administración. Su trabajo comienza consistiendo en no hacer nada. Pasa el tiempo y el cometido sigue siendo el mismo: estar sentada dejando pasar el tiempo. Hasta que una superior le cuenta que se va a crear un mecanismo para que el público pueda expresar sus quejas. Ella va a ser la responsable de ese mecanismo.
Sara Mesa nos presenta un edificio (en el que trabaja Sara) que es un personaje en sí mismo. Es un edificio que lo engulle todo, a los trabajadores también. Por el pululan una serie de funcionarios que no se sabe muy bien qué funciones son las que realizan, si es que realizan alguna. Hay un jefe de negociado que es prácticamente un fantasma, una jefa que se queja continuamiente de las atribuciones que tiene (aunque no tengan contenido), una funcionaria que cree fervientemente en el trabajo que realiza...
El lenguaje que se usa en la Administración juega un papel fundamental en la novela: "Realizar era mejor que hacer y recepcionar mejor que recibir. Los problemas eran problemáticas; las personas, sujetos. Indicar era mejor que poner, cumplimentar mejor que rellenar. Los informes se emitían, de las reuniones emanaban decisiones. Los informes comenzaban siempre con un relato de los antecedentes, que se repetían al comienzo de cada apartado; cuanto más se repetían -o todavía mejor, se reiteraban-, más largo era el informe y, por tanto, más riguroso. Con el fin de no reiterar palabras sin ton ni son, se usaban las expresiones el mismo y la misma. Implementar era mejor que poner en marcha y los cambios se denominaban –no llamaban- transformaciones".




