Un estudio revela cuáles son los síntomas prematuros del alzhéimer que se pueden detectar en la ducha

El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que provoca un proceso de neurodegeneración en la persona que lo padece y se manifiesta en forma de deterioro cognitivo y produce diversos trastornos de la conducta. Esta dolencia se suele diagnosticar a una edad tardía, concretamente a los 65 años, y es la causa de muerte de miles de personas al año. Sin embargo, un 10% de las personas que padecen de alzhéimer se les diagnostica a una edad más temprana.

Por suerte, un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago ha descubierto una forma de identificar el Alzheimer de manera temprana, y en un lugar poco esperado, en la ducha. En un estudio publicado, los científicos hallaron que una de las características clave del Alzheimer es la pérdida del sentido del olfato, que suele ir acompañada de deterioro de la memoria. Una forma de poder detectar el alzhéimer sería al no reconocer el aroma del gel de baño mientras nos duchamos.

El estudio se centra en la relación entre el sentido del olfato y la memoria, de tal forma que los investigadores descubrieron que el reconocimiento de olores y la memoria están más estrechamente vinculados de lo que se había pensado hasta ahora. Dado que el Alzheimer y la demencia afectan al cerebro y sus funciones, el sentido del olfato también se ve comprometido.

La relación entre el olfato y la memoria

Una vez ya recabada esta información, los científicos esperan desarrollar pruebas basadas en el olfato que puedan ser útiles para la detección temprana de la enfermedad. En caso de llegar a no reconocer el aroma del gel de baño, lo más recomendable sería acudir a un especialista en enfermedades neurodegenerativas con el fin de esclarecer y detectar si padecemos esta enfermedad, tanto en una edad temprana o no.

En sí, se puede detectar este tipo de contratiempos debido a que el olfato está estrechamente vinculado con el sistema límbico, que es una parte del cerebro que regula las emociones, el comportamiento y las memorias. El bulbo olfatorio se encarga de procesar las señales de los olores, que están directamente conectadas con el hipocampo y la amígdala, dos estructuras cerebrales claves para la formación de recuerdos y la gestión de las emociones.

Este fenómeno se conoce como "recuerdo olfativo", y es la razón por la cual ciertos olores pueden transportarnos instantáneamente a un momento del pasado, como cuando un perfume nos recuerda a una persona o una flor nos puede conectar con una experiencia de la infancia.