Estos son los cambios fisiológicos que han experimentado Sunita Williams y Butch Wilmore tras pasar nueve meses en el espacio
Los astronautas aterrizaron en la Tierra tras permanecer 286 días varados en la Estación Espacial Internacional (EEI) y ahora se someterán a un intenso proceso de rehabilitación

Sunita Williams y Butch Wilmore, antes de partir a la EEI. / Houston Chronicle/Hearst Newspap

Madrid
Los astronautas de la NASA Sunita Williams y Barry Eugene 'Butch' Wilmore regresaron el pasado 18 de marzo a la Tierra, después de permanecer nueve meses varados en la Estación Espacial Internacional (EEI). Lo hicieron en la nave 'Freedom' que consiguió aterrizar el martes con éxito en las aguas de Florida. Y, aunque aparecían sonrientes ante las cámaras, lo cierto es que aún deben enfrentarse a un nuevo reto: su recuperación. Y es que son muchos los cambios fisiológicos que han experimentado los estadounidenses durante su estancia fuera de La Tierra, algunos de ellos muy visibles en sus cuerpos.
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La más afectada por su larga estancia en la estación espacial ha sido Sunita Williams quien ha experimentado el crecimiento de pelo blanco en la parte delantera de su cuero cabelludo, un cambio muy notable tras su regreso a nuestro planeta. Además, ambos astronautas podrían presentar modificaciones no visibles, como la pérdida de masa ósea o una alteración de la visión y el sistema cardiovascular. Pero, ¿a qué se deben estas diferencias?
El motivo detrás de estos cambios físicos y fisiológicos tiene que ver con su larga permanencia en el espacio, donde las condiciones para sobrevivir son mucho más adversas. En concreto, estas deformaciones obedecerían a su larga estadía en contacto con la microgravedad. Este concepto sirve para explicar el fenómeno de la nula pesantez de los cuerpos debido, precisamente, a la ausencia de gravedad, que es lo que han sentido los estadounidenses durante los últimos nueve meses.
Es debido al prolongado contacto con la microgravedad que los cuerpos de Sunita y Butch han sufrido estos cambios, pues este fenómeno afecta a los componentes "fibrosos y celulares del tejido cutáneo", según un estudio publicado por la NASA. Mientras, las alteraciones en la estructura ósea también se deben al mismo motivo. Y es que como los huesos ya no soportan ningún peso, se terminan volviendo más frágiles.
La microgravedad afecta a la visión y al corazón
Con respecto a la citada pérdida de visión, esta microgravedad vuelve a ser la causante de las posibles alteraciones. En este caso, los astronautas se podrían enfrentar al síndrome neuro-ocular asociado a vuelos espaciales (SANS), que se debe a una hinchazón del nervio óptico, además de a deformaciones en la estructura del ojo, lo que finalmente provoca esta visión borrosa. Y, aunque no es seguro que los estadounidenses hayan experimentado el SANS, lo cierto es que la probabilidad de padecerlo es de casi un 70%.

La astronauta Suni Williams tras pisar Tierra de nuevo / NASA/Keegan Barber HANDOUT

La astronauta Suni Williams tras pisar Tierra de nuevo / NASA/Keegan Barber HANDOUT
Con respecto a los problemas cardiovasculares, al permanecer tanto tiempo en el espacio inevitablemente se produce una redistribución de fluidos. Esto influye en el corazón al no tener que dedicar tanto esfuerzo en bombear la sangre, lo que podría desembocar en una atrofia en los ventrículos de los astronautas. A estos efectos secundarios se deben de sumar el riesgo de cáncer debido a la continua radiación cósmica, el envejecimiento más rápido que sucede en el espacio, y una alteración del sistema inmune, entre otros.
Es por eso que Williams y Wilmore permanecerán en observación durante los próximos días, sometiéndose a un intenso proceso de rehabilitación para volver a aclimatarse a las condiciones de La Tierra. De hecho, nada más llegar, los astronautas fueron trasladados directamente al hospital, donde continúan actualmente.
La historia de Sunita Williams y Butch Wilmore
Los astronautas de la NASA se embarcaron en una misión espacial el pasado 5 de junio de 2024 a bordo de una nueva cápsula 'Starliner' de Boeing. El objetivo era aterrizar en la EEI, hacer unas comprobaciones y volver a despegar de vuelta a nuestro planeta en ocho días. Esto, sin embargo, no ocurrió así. Una serie de problemas en la propulsión de los motores les obligó a quedarse varados en la nave, donde han permanecido hasta ahora.
Durante la pasada semana, un equipo de astronautas se embarcó en una misión de rescate de cuatro días de duración. Así, los dos nuevos astronautas llegaron a la EEI el pasado viernes, y luego los cuatro bajaron de vuelta a La Tierra, dando por finalizada una de las estancias más largas fuera de la órbita terrestre, aunque muy lejos aún de batir el récord, situado en 438 días.




