El ‘lobby’ de Bruselas que mantiene en pie la mentira del ‘consumo moderado’ de alcohol

Madrid

Todos recordamos cuando empezamos a beber, y muchos de nosotros, como Nacho Carretero y Aitana Castaño, colaboradores de Comando Norte, la sección de los martes de Hoy por Hoy de Ángels Barceló, lo recuerdan con un punto de vergüenza y sensación de escándalo: eran muy jóvenes, apenas unos adolescentes, y beber, emborracharse, era un rito de paso, y la única opción de ocio que se les ocurría un viernes por la noche.

El doctor Rodrigo Córdoba, médico de familia, coordina desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria una alianza de sociedades científicas para la prevención del consumo del alcohol. Confirma que la edad media de inicio en el alcohol son los catorce años y que, en el último mes, ha consumido alcohol un 53% de los menores de edad, y un 20% se ha emborrachado.

Las razones por las que los niños beben siguen siendo las mismas que llevaron a beber a Nacho y a Aitana: la presión social. Y también la permisividad social y el fácil acceso a las bebidas alcohólicas. Se bebe porque "el alcohol produce una desinhibición y eso puede ayudar a algunos jóvenes a superar su timidez intrínseca. Pero el consumo de alcohol está relacionado con bajo rendimiento deportivo, bajo rendimiento académico-escolar y a la larga, empezar a beber tan joven supone un riesgo muy importante de tener problemas serios con el alcohol a lo largo de la vida. Y por ejemplo, habría que recordar, sin entrar en algún caso de fallecimiento trágico por intoxicación etílica aguda que se ha dado en niños y niñas de 14 o 15 años, hay también casos de caídas, de ahogamientos, de suicidios en menores que tienen detrás el alcohol. Y también hay casos de comportamientos sexuales sin protección y de conductas agresivas o violentas, en las que, en un ambiente de consumo de alcohol, uno puede ser víctima o agresor".

Y abunda: "A los padres que piensan que el alcohol no es mucho problema, les diría que el cerebro de un joven, de un adolescente, no termina de formarse hasta los 20 años y que el alcohol puede dar problemas en la maduración y en el crecimiento de su cerebro a nivel cognitivo, a nivel de capacidades de aprendizaje, a nivel de vulnerabilidad, a problemas futuros con el alcohol, a nivel de síntomas de hiperactividad, por ejemplo. Pueden tener un adolescente muy problemático si se emborracha todos los meses".

Los riesgos del consumo de alcohol en menores son evidentes, y el doctor Córdoba ha acudido a 'Hoy por Hoy' para comentar el proyecto de ley que ha presentado el Ministerio de Sanidad, cuyas novedades principales son prohibir el consumo (y no solo la venta) de alcohol a menores en todo el territorio nacional y regular de forma más estricta su publicidad.

"El proyecto de ley recoge muchas de nuestras preocupaciones, pero no las recoge todas. Lo ha trabajado el Ministerio de Sanidad junto con el de Juventud. Pero claro, en estas cosas tienen que participar otros ministerios. Por ejemplo, el Ministerio de Hacienda tendría que haber actualizado los precios, los impuestos especiales del alcohol, que están un 48% más bajos que la media europea. O quizá se tendría que haber sido más valiente en plantear un etiquetado de todos los envases de bebidas alcohólicas como tienen otros países. Yo estuve hace como 25 años en Canadá y ya las cervezas llevan su etiquetado, dejando claros cuáles son sus riesgos. Es decir, hay cosas que hay que mejorar, bastantes cosas que mejorar, pero el proyecto de ley supone un avance y muy importante", reconoce.

¿Estamos peor en España que en otros países? El factor más relevante en este sentido tiene que ver con los impuestos: el alcohol tiene un 48% menos de carga impositiva en nuestro país que la media europea. El argumento, además de que somos un país de producción vitivinícola, tiene que ver con el turismo, pero el doctor Córdoba se pregunta si realmente queremos, como sociedad, seguir promoviendo el turismo de borrachera. Es fundamental, explica, conseguir separar el ocio del alcohol.

"No puede ser que para los menores que se reúnen en los pueblos en peñas, su único objetivo un sábado por la tarde sea el alcohol, ir a comprar bebidas alcohólicas a los supermercados y emborracharse ahí en el botellón. Esto se tiene que cambiar. Y si toda la sociedad no se pone las pilas para modificar esta situación, pues no lo conseguiremos. Es decir, ahora está previsto, por ejemplo, con la ley, hacer controles de alcoholemia en los menores que consumen alcohol en la calle y que eso pueda suponer sanciones, sustituibles por una asistencia a un programa educativo. Pero la sociedad tiene que ponerse seria con este tema. Porque claro, si la edad legal de consumir alcohol y de vender alcohol son los 18 años y el 83% de los jóvenes dicen que les resulta fácil o muy fácil adquirir bebidas alcohólicas, es evidente que algo estamos haciendo mal. Aparte de que hay una responsabilidad subsidiaria de los de los padres o tutores".

El doctor Córdoba también tiene experiencia en la prevención del tabaquismo y razona que el planteamiento que se hizo para disminuir el consumo de tabaco puede replicarse con el alcohol. "No solo es un programa médico, es un problema social que puede tener implicaciones médicas, pero básicamente es un problema social. Entonces las medidas son más o menos trasladables de un ámbito a otro". En el caso del tabaco se consiguió reducir las ventas de tabaco de 8 mil millones de cajetillas a la mitad. Todavía queda mucho por hacer, pero se puede considerar un éxito.

Igual que no hay cigarrillo sano, tampoco hay una cantidad de alcohol saludable. Y los científicos lo han buscado, pero la conclusión es clara: no existe el consumo de riesgo cero. Una de las reivindicaciones que la ley no ha recogido es conseguir eliminar esa etiqueta de "consumo responsable".

La explicación tiene que ver con el lobby del alcohol y sus logros en Bruselas: "Hay un lobby que presiona por 'el consumo moderado'. Ha conseguido financiar programas de los ministerios de agricultura a nivel español, y está en un programa financiado con fondos europeos, por lo que resulta que no se puede eliminar. Pero nosotros, la OMS desde hace años y nosotros también, venimos insistiendo en que no hay un consumo moderado ni un consumo responsable de una sustancia que es tóxica y adictiva. Por dar un dato muy concreto, el principal metabolito del alcohol es el acetaldehito, que es un tóxico y además, por cierto, cancerígeno".