Andrea Fuentes: "Soy fruto del trabajo, con menos talento que otras he llegado a su altura gracias a mi fortaleza mental"

Se fue cuando nadie lo vio venir, quizás sólo ella. Y ha regresado, como seleccionadora española de natación sincronizada, tras su abrumador éxito al frente de la renacida Estados Unidos en los pasados Juegos Olímpicos de París el pasado verano.

Emociona escuchar todavía su retirada tras los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, un enhebrado discurso de sinceridad con ella misma: "No quiero ni debo seguir... No quiero seguir por dinero, ni por la gloria, ni porque toque... Ni por miedo a los cambios y a lo desconocido". Se fue cuando los estímulos y la motivación no nadaban a a la misma velocidad que lo habían hecho siempre su cabeza y su cuerpo. "Quizás de esa decisión sólo me arrepiento de no haber siso más paciente y retirarme en el campeonato de Barcelona, unos meses después".

Han sido veinte años en la élite, enamorada de un deporte que descubrió por casualidad, todo lo que la influencia de alguien como Anna Tarrés, la seleccionadora con mayúsculas de la sincro española pueda tener de casual. "Escuché aquella charla y me pareció mágico: bailar, nadar, coreografía. No nadaba muy bien, pero empecé a aprender".

Fuentes se define sobre todo como trabajadora, ajena al talento de otras compañeras. "Soy fruto del trabajo, con menos talento que otras he llegado a su altura gracias a mi fortaleza mental".

Una entrenadora, Anna Tarrés, que protagonizó una polémica que hirió y puso en duda a la sincronizada, cuando 15 nadadoras denunciaron en un comunicado las supuestas humillaciones de esta. Un manifiesto que Andrea Fuentes nunca firmó. "Aquello me sorprendió, fue un momento muy duro. Yo no quiero reprochar nada a mis compañeras y soy muy respetuosa con lo que dicen que vivieron, pero mi experiencia fue distinta". además reflexionando sobre todo aquello, Andrea asegura que "Aquello hizo mucho daño a la sincro, evidentemente si yo tengo hijos haciendo ese deporte me hubiera preocupado", y señala: "Como seleccionadora tengo claro que es algo que no puede volver a pasar".

De hecho, de Anna Tarrés, con quien mantiene una buena relación, ha aprendido su esfuerzo y compromiso, "Anna Tarrés montó un imperio de este deporte en nuestro país, un deporte igual de competitivo que otros países mucho más grandes que el nuestro".

Y no sólo de ella, porque en el frontispicio de sus convicciones tienen cabida también entrenadores de otros deportes: Pep Guardiola en el fútbol y el exjugador y entrenador, Steve Kerr, en el baloncesto de la NBA. "Yo tenía la preocupación de eso que tantas veces se dice, que se puede ser una gran nadadora, pero quizás no una buena entrenadora. Y me fijé en esas dos figuras, gente que fueron muy buenos jugando al fútbol y el baloncesto , pero que después han hecho grandes carreras como entrenadores. Yo los he estudiado mucho, sus métodos y carácter, para tratar de ser una buena entrenadora de sincro".

Luego de un periodo de retiro, dedicado a sus hijos, su huerto y sus gallinas, recibió una llamada de la Federación Estadounidense de Natación. La querían como seleccionadora de la sincro, en un país que había perdido su tradición y la costumbre de ser importante. Y se fue y la lio pardísima: medalla de plata en París 2024.

Aceptó entrenar a Estados Unidos. No fue fácil. Andrea recuerda su llegada: "No teníamos casi medios, yo siempre les decía: `Si supierais y vierais los medios con los que contamos en España... No os lo creeríais".

Y cuando todo parecía hecho para seguir su ciclo como seleccionadora de Estados Unidos, con el plato fuerte de las Olimpiadas en Los Ángeles en 2028 a la vista, ha decidido regresar para entrenar a la selección española, y buscar los éxitos que obtuvo en la piscina fuera de ella.

"De Estados Unidos he traído algunas claves. Como por ejemplo lo de hacer prevalecer la eficiencia por encima de la cantidad y eso de repetir y repetir. Quiero que mis nadadoras tengan vida, sean personas, entrenen y además puedan estudiar y ser personas", explica.

No tiene plazo de marcha, en el horizonte la piscina, las coreografías y la necesidad de imaginar ejercicios nuevos e innovadores. Tiempo habrá para volver a la huerta con sus gallinas y recuperar la tranquilidad.