Los recortes de Trump a los programas contra el VIH causarán 3 millones de muertes de aquí a 2030

La directora del programa de Naciones Unidas para la lucha contra el VIH, Winnie Byanyima, ha lanzado esta semana un contundente mensaje contra la decisión de Donald Trump de retirar la ayuda de Estados Unidos a este organismo: "habrá un repunte de infecciones y muertes de forma inmediata". No es la primera autoridad mundial que lo hace, ni será la última. Todos los expertos, todos los profesionales sanitarios sobre el terreno están de acuerdo. Las consecuencias de esta decisión van a suponer un retroceso enorme a años de avances sobre todo en el África Subsahariana.

Un nuevo estudio de modelización -una proyección de lo que puede pasar a 2030 con datos reales de 26 países- se acaba de publicar en la sección sobre VIH de la revista The Lancet y le pone cifras al problema: Habrá entre 4,4 y 10,8 millones de nuevas infecciones por el VIH de aquí a 2030 y entre 770.000 y 2,9 millones de muertes relacionadas con el VIH en niños y adultos en los próximos cinco años si no se mitigan los recortes de financiación propuestos por los cinco principales países donantes, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido.

"Se podrían deshacer décadas de progreso para tratar y prevenir el VIH", ha explicado la coautora principal del estudio, Debra ten Brink, del Instituto Burnet. "es imperativo garantizar una financiación sostenible y evitar un resurgimiento de la epidemia del VIH que podría tener consecuencias devastadoras, no solo en regiones como el África subsahariana, sino en todo el mundo", añade.

El estudio lo firma un equipo de este instituto australiano y el Departamento de Programas Globales de VIH, Hepatitis e ITS de la Organización Mundial de la Salud. Explica que "las poblaciones más afectadas se encuentren en el África subsahariana y en los grupos sociales más pobres de todo el mundo". Son lo que ya corren un mayor riesgo de contraer el VIH y que ahora estarán todavía más expuestos: toxicómanos, trabajadores sexuales y personas que tienen relaciones sexuales de riesgo.

Desde 2015, los donantes internacionales han contribuido con aproximadamente el 40% de toda la financiación de estos programas contra el VIH. Los autores señalan que no solo ha sido Estados Unidos quien ha anunciado recortes durante 90 días "para revisar lo que están haciendo con el dinero". Es verdad que su ayuda es el 73% de las donaciones, pero -recuerdan los autores- también han hecho recortes Reino Unido, Francia, Alemania y los Países Bajos. Si sumamos estos países a EEUU estamos hablando del 90% de la financiación internacional.

¿Cómo se ha hecho?

Los autores utilizaron un modelo matemático con los datos sanitarios de 26 países que se encuentran en la lista de países más afectados por el VIH. Son estos:

Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Bután, Camboya, Colombia, Costa Rica, Costa de Marfil, República Dominicana, Esuatini, Georgia, Kazajistán, Kenia, Kirguistán, Malawi, Malasia, Moldavia, Mongolia, Mozambique, Sudáfrica, Sri Lanka, Tayikistán, Uganda, Uzbekistán y Zimbabue

Con estos datos han estimado los efectos de las reducciones previstas de la ayuda internacional, incluido el cese inmediato del apoyo del PEPFAR.

Los resultados

Si las reducciones de financiación continúan según lo previsto, el modelo indica que podría haber:

• De 4,4 y 10,8 millones de nuevas infecciones por el VIH adicionales para 2030. Significa que se pueden multiplicar "hasta por seis veces" las nuevas infecciones para las personas con mayor riesgo de contraer el VIH, en comparación con si lo que ocurriría si los niveles de financiación se mantuvieran constantes.
• Entre 770.000 y 2,9 millones de muertes relacionadas con el VIH en niños y adultos para 2030.
• Localizan un "impacto aún mayor" en el África subsahariana debido al freno en la distribución de condones y el PrEP, el medicamento que reduce el riesgo de contraer el VIH.
• El aumento de las nuevas infecciones por el VIH se daría, precisamente, en las áreas donde se han logrado los mayores avances en la transmisión materno-infantil y las muertes pediátricas. Entre 2010 a 2023, gracias al PEPFAR y otras ayudas, se habían conseguido disminuciones del 8,3% en nuevas infecciones y del 10,3% en muertes. Tenían el 2026 como año para hablar de una erradicación casi completa de los nuevos casos.
• Sin embargo, ahora, "las nuevas infecciones y muertes podrían volver a aumentar a niveles no vistos desde 2010 y potencialmente deshacer todo el progreso realizado desde 2000".
• Incluso si el apoyo al tratamiento del VIH se restablece antes de 24 meses ya vamos tarde: el estudio sugiere que el número de nuevas infecciones por el VIH podría estabilizarse en niveles similares a los observados en 2020
• El retroceso "podría requerir entre 20 y 30 años adicionales de inversión para acabar con el VIH/SIDA como amenaza para la salud pública".

Reacciones al estudio desde España

Oscar Zurriaga, profesor en el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de València y presidente saliente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

Los datos de The Lancet son una estimación y tienen un rango de incertidumbre basado en la volatil situación internacional. Sin embargo, está claro que estos recortes en la financiación médica en los países donde los medios son más precarios les van a hacer sufrir muchisimo. Su sistema sanitario recae en las donaciones internacionales y se va a ver muy afectado. Habrá un incremento de las infecciones y las muertes que hasta ahora se estaban evitando y ya no se evitarán. Asi que en las zonas donde los tratamientos -que no son baratos- son claves para contener la enfermedad lo van a notar muchísimo pero no nos quedemos solo en eso. No nos quedemos con "eso se notará solo allí", también se notará en el resto de países, en Estados Unidos y aquí. En Estados Unidos creen que no lo notarán y si que les llegará.

Además, en términos de cruda economía, habrá una doble penalización a estos países: se incrementará muchísimo su gasto sanitario y se resentirá su PIB y su capacidad para comprar en los países que aplican los recortes. Todas las penalizaciones en salud se trasladan al terreno económico y social lo que contribuirá a más conflictos sociales e inestabilidad en esos países.

Pepe Alcamí, investigador del IDIBAPS y director científico de la Unidad VIH del Hospital Clínic de Barcelona, en declaraciones a Science Media Center España:

El modelo, como todos los modelos, tiene incertidumbres y críticas, pero se basa en datos reales porque conocemos por muchos trabajos el impresionante impacto del tratamiento sobre la transmisión del VIH y la progresión al SIDA y la muerte de los infectados. Lo hemos vivido, y desgraciadamente el grado de incertidumbre de realizar el modelo inverso (del tratar al no tratar) es bajo . Las proyecciones del modelo predicen en el escenario 5 que, en los 26 países analizados, entre 2025 y 2030, se produciría un exceso de 5,13 millones de transmisiones y 1,38 millones de muertes por encima de lo que ocurriría si se mantuviera el statu quo. Una situación que, extrapolada a todos los países con bajos recursos, aumentaría a 10,75 y 2,93 millones de transmisiones y muertes respectivamente. Solo la interrupción de 90 días del programa PEPFAR anunciada por la Administración de Estados Unidos ocasionará un exceso de muertes entre 40.000 y 100.000 personas. El daño ya está hecho y en los peores escenarios volveríamos a la situación de 2004, perdiendo dos décadas de mejora en el control de la epidemia de VIH/sida.

José A. Pérez Molina, coordinador del Centro de Referencia de Enfermedades Tropicales Importadas y miembro del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, en declaraciones a SMC España:

Los recortes en la financiación internacional descritos en el estudio amenazan directamente los objetivos de ONUSIDA para 2030, que persiguen una reducción del 90 % en nuevas infecciones y muertes por VIH respecto a 2010, y el logro del 95-95-95 en diagnóstico, tratamiento y supresión viral.

El estudio refuerza la urgencia de movilizar recursos nacionales, optimizar programas y buscar otras fuentes que sostengan la cobertura universal de prevención, diagnóstico y terapia antirretroviral. Sin este paso, las metas mundiales de ONUSIDA para erradicar el VIH como amenaza para la salud pública difícilmente se alcanzarán en 2030

¿Qué se hace en estos programas de ayuda contra el VIH?

Los programas de ayuda exterior -por ejemplo, el plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés)- dan servicios de tratamiento y prevención del VIH, financian clínicas que suministran antirretrovirales, hacen pruebas del VIH y dan los servicios de laboratorio necesarios.

Estos programas también sirven para fortalecer los sistemas de salud de los países más afectados, contratación y formación de sanitarios y complementan otros programas, por ejemplo los de tuberculosis o programas de salud maternoinfantil. Históricamente, Estados Unidos ha sido el mayor contribuyente a los esfuerzos mundiales para tratar y prevenir el VIH.