Una panadería con 300 años de historia reabre cinco meses después de la DANA: "Estamos en proceso de levantamiento"
La histórica panadería de Picanya abre sus puertas tras cinco meses de lucha gracias a la ayuda de vecinos y voluntarios

Una panadería con 300 años de historia reabre cinco meses después de la DANA: "Estamos en proceso de levantamiento"
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Han pasado más de 150 días desde que la DANA arrasó con gran parte de la provincia de Valencia. Parte del equipo de 'La Ventana' se movilizó hasta varios de los municipios afectados y hablaron con la gente de allí, conociendo y contando historias de todo tipo. El sábado se cumplen cinco meses de la tragedia, aunque el ruido político y judicial ocupa casi todo que dejan en segundo plano a las historias en positivo.
La panadería, Forn Baixauli en Picanya, con más de 300 años de historia, quedó totalmente arrasada tras el paso de la DANA. Este sábado, cinco meses después, vuelve a abrir sus puertas. "Ahora esto es una maratón, falta el sprint final, que es disfrutar", ha señalado Batiste Rubio en 'La Ventana', uno de los propietarios de la panadería.
"Si no llega a ser por la gente, no hubiera sido posible", ha confesado Rubio. Junto con su primo Vicent Baixauli, Rubio cogió el relevo de la panadería el verano pasado. Dos meses después se encontraron con el negocio arrasado. "Esto pasó a las 18:30 de la tarde, cuando aquí ya llegaba el agua", ha remarcado el propietario. A la mañana siguiente de la catástrofe, dentro de la panadería solo quedó un microondas que tenían "en alto y anclado a la pared". El propietario ha lamentado que "todo lo demás, inservible".
Rubio ha reconocido que se plantearon no volver a abrir. "Rompí la puerta para entrar y salí al minuto pensando en buscar trabajo", ha recordado. "De repente vimos una trompa de gente con palas y rastrillo preguntando si necesitábamos ayuda. En ese momento pensábamos que no, porque llevábamos dos meses abiertos y no queríamos volver", ha señalado. Al rato llegó la segunda tanda de voluntarios que, según Rubio, lo cambió todo: "Eran amigos, familiares, clientes, gente incluso de Madrid. Eso nos hizo pensar que teníamos que volver a abrir".
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La panadería vuelve a abrir sus puertas el sábado 29 de marzo gracias a las donaciones que han recibido. Rubio ha dicho que ha vivido en primera persona el refrán valenciano que se ha convertido en todo un lema para la Comunitat. “Sols el poble salva al poble”. "Nos ha llegado mucha ayuda de fuera de Valencia, de prácticamente toda España, Bélgica, Suiza, Francia, Italia...", ha nombrado Rubio.
300 años de historia y ocho generaciones
Forn Baixauli abrió sus puertas en 1745. Ahora, Rubio y Bauixauli son la octava generación de propietarios. "Todo continúa porque entra Vicent, sino tendría que ser otra empresa diferente". Ahora vuelven a abrir las puertas "con más fuerzas que antes, con más ganas y sobre todo con ilusión de hacer las cosas bien", ha admitido Rubio. La panadería se ha convertido en un punto de encuentro para la gente del pueblo y de la familia Bauixauli. El propietario ha reconocido que dentro del negocio se han vivido miles de historias que no solo cuentan la de su familia, sino la de los trabajadores, clientes y amigos que han pasado por allí.
La novena generación que cogería el relevo se está haciendo de rogar. "A ver si mi primo se pone las pilas y tiene algún hijo, porque la mía con tres años dice que no quiere ser pastelera", ha bromeado Rubio. De momento, está desarrollando un plan para ir introduciéndola, y ahí es clave uno de los productos de Forn Baixauli: "Las magdalenas sí que le gustan mucho, a ver si por ahí puedo ir metiéndola en esto". Aunque el producto estrella de la panadería seguirá siendo su coca de calabaza. Cómo no, por la tierra de "naranja, cultivo y mucha calabaza", ha explicado.
"Picanya está en proceso de levantamiento", ha comentado Rubio. El propietario ha dicho que muchos de los comercios ya están abiertos y que el polígono "se ha reactivado más rápido de lo que pensábamos". "La gente estamos con muchas ganas de que el pueblo vuelva a ser lo que era. Es un pueblo muy verde, con muchos árboles y eso nos tira mucho. Es un pueblo pequeñito y a la vez muy grande", ha concluido.