Levantarse a las 7 de la mañana para aparcar el coche en la única sombra de la playa: lo de acaparar sitio viene de lejos
"La forma que encontró es madrugar más que los trabajadores..."

Levantarse a las 7 de la mañana para aparcar el coche en la única sombra de la playa: lo de acaparar sitio viene de lejos
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
La llegada del buen tiempo siempre trae aparejado el regreso de otro clásico del género veraniego en España: las peleas por conseguir el mejor sitio en la playa. A medida que suben las temperaturas, se acerca de nuevo el momento de contemplar cómo algunos agudizan el ingenio, o se someten a sí mismos a enormes padecimientos, solo por poder colocar la sombrilla en la primera línea de mar. El escritor Manuel Vilas ha contado en 'Por el principio' una historia que refleja a la perfección esta situación.
El autor de 'Alegría' ha contado que su infancia está estructurada en ciclos en torno a los coches que tuvo su padre y que la relación de este con los automóviles era tan estrecha que estos llegaban a ser considerados como un miembro más de la familia. "Yo recuerdo domingos en que mi madre decía 'vamos a tal sitio' y mi padre decía 'no, porque no hay sombra para el coche'".
El escritor ha contado que a su padre "le fue bien hasta 1975" y por eso la familia podía permitirse viajar todos los años desde Barbastro, su pueblo natal, hasta Cambrils: "Íbamos dos semanas de vacaciones a la playa y mi padre encontró un hostal que estaba a 10 minutos de la playa y había que coger el coche".
"Yo recuerdo que durante esas dos semanas mi madre me despertaba a las 7 de la mañana en agosto y yo no lo entendía, yo le decía: 'pero mamá, si estoy de vacaciones, ¿por qué me despiertas y cuando voy al colegio me despiertas una hora más tarde? Y mi madre me decía 'es que tu padre tiene que dejar el coche en la sombra'", ha rememorado el escritor.
"El misterio es que en la playa a la que íbamos había cuatro eucaliptos que daban sombra para ocho coches y la gente que tenía por ahí trabajo, una tienda, una cafetería, llegaba pronto y dejaba el coche debajo de la sombra. La forma que encontró mi padre de asegurarse sombra era madrugar más que esos trabajadores", ha explicado Vilas demostrando que lo de luchar por el mejor sitio en la playa, en este caso, bajo la sobra, viene de lejos.
"Yo veía que las familias bajaban a las 10 de la mañana y yo pensaba 'por qué demonios a mí no me ha tocado una familia normal que baje a la playa a las 10:30, qué narices hacemos esta familia, mi padre, mi hermano y yo a las 8 de la mañana en la playa", ha recordado con humor.
A pesar de los madrugones, Vilas ha reconocido que adoraba aquel hostal de Cambrils: "Me enamoré porque era el sitio en donde mis padres resplandecieron en su juventud. Eran felices y mi madre era una mujer solar, adoraba el verano. A mi madre solo le parecía que existía el verano, era una mujer profundamente mediterránea. Encontraba sentido a la vida cuando estaba junto al mar, le gustaba ponerse morena y los quince días de playa que estábamos ahí en Cambrils ella era felicísima y esa felicidad yo la recuerdo con una precisión extraordinaria".




