Paula Badosa: "Ahora sufro una hernia; no tengo otra opción que infiltrarme si quiero seguir jugando al tenis"

El 24 de marzo, hace poco más de tres días, Paula Badosa tuvo que abandonar una pista de tenis por lesión. Era la segunda vez en menos de un mes. La tenista catalana dijo basta antes de los octavos de final del torneo de Miami frente a la filipina Alexandra Eala. El motivo fue, de nuevo, su espalda. Al igual que le ocurrió en el WTA de Mérida (México), su lesión crónica en la vértebra L4 obligó a parar. Como informó la SER, la próxima número nueve del ranking WTA se perderá Charleston y Stuttgart y se infiltrará con la intención de volver a competir en el Mutua Madrid Open.

"Esta vez me asustaba más de la cuenta porque era en el lado contrario. Siempre he tenido molestias en la zona derecha y ahora es en la izquierda. Me asustaba que fuese otra fractura de estrés, pero afortunadamente no lo es. No os tengo que dar la noticia de que voy a estar siete meses fuera del circuito", explica en 'El Larguero'. “Me hace mucha ilusión jugar en casa, es un sitio que me gusta mucho. Si la espalda responde, tenística y mentalmente estoy mejor que nunca. Salvo por la lesión, me estoy sintiendo muy bien”, añade.

Mientras se recupera, aprovecha para retomar algunos proyectos y también para estudiar. "Algo de Business, Marketing...", desvela con Álvaro Benito y Alex Corretja. Por el camino deja 6 o 7 infiltraciones desde 2023. "Se que habrá médicos escuchándome y llevándose las manos a la cabeza, pero no tengo otra opción si quiero jugar a tenis", admite una Paula Badosa que además reconoce que el dolor físico no es lo que más le ha afectado desde que en 2023 comenzó a sufrir problemas de espalda.

"El dolor mental es lo que se hace más duro. Hay días que lo llevo mejor, pero otros se me hacen duro. Quiero mucho este deporte, me gustaría que me gustara menos, para qué os voy a engañar. Entrego tanto mi vida a esto que cuando me lo quitan así… Justo esta semana me pongo la nueve del mundo. Estamos aquí tristes y debería estar contenta, pero no puedo. Es un vaivén de emociones muy alto”, asevera. Eso sí, promete seguir dando guerra en pista. "En ningun momento en estas semanas he pensado en tirar la toalla", sentencia.

Los titulares de la entrevista

Sobre su lesión en la espalda. “Bueno, voy bien, me estoy intentando tomar las cosas de forma positiva, relativizar y esto bien (…) ¿De físico? Bueno, me he hecho todas las pruebas posibles. Esta vez me asustaba más de la cuenta porque era en el lado contrario. Siempre he tenido molestias en la zona derecha y ahora es en la izquierda. Me asustaba que fuese otra fractura de estrés, pero afortunadamente no lo es. No os tengo que dar la noticia de que voy a estar siete meses fuera del circuito. Sí que es una pequeña hernia que se me ha movido de la vértebra, pero me están viendo los mejores tratamientos y mi objetivo es poder estar en Madrid”.

Sobre cómo se produjo esta nueva lesión: “Me lo hice en Mérida (México). De un golpe a otro sentí un dolor muy agudo. Estuvimos tratándolo con muchos aparatos y parecía que iba a mejor. En Miami parecía que muy bien, pero cuando volví a competir, al hacer el mismo gesto, una derecha, otra vez. Continué el set con un dolor que me mareaba, tomando ibuprofeno, probé muchísimas cremas, me inyecté antes de jugar cuarta ronda con Eala, pero ni con la inyección se me pasaba el dolor”.

Sobre el tratamiento de la lesión en la vértebra L4: “Lo tengo no es operable. Si te operas, olvídate. No vuelvo en 10 años. Me tengo que ir contigo a la radio”.

Sobre las veces que se ha infiltrado desde 2023: “Desde que empezó el año me he tenido que infiltrar una vez. Yo sé que las infiltraciones no son buenas, pero en los últimos dos años llevaré 6 o 7. Se que habrá médicos escuchándome y llevándose las manos a la cabeza, pero no tengo otra opción si quiero jugar a tenis y yo por el tenis ahora mismo mato”.

Sobre la gestión psicológica de las lesiones: “El dolor mental es lo que se hace más duro. Hay días que lo llevo mejor, pero otros se me hacen duro. Quiero mucho este deporte, me gustaría que me gustase menos, para qué os voy a engañar. Entrego tanto mi vida en esto que cuando me lo quitan así… Justo esta semana me pongo la nueve del mundo. Estamos aquí tristes y debería estar contenta, pero no puedo. Es un vaivén de emociones muy alto”.

Sobre si ha llegado en algún momento en meditar dejarlo. “Es una montaña rusa lo de las lesiones, por eso escribí lo del Ave Fénix. Me siento muy identificada. Tocar fondo, tener que salir de ahí más fuerte que nunca, sacar fuerzas… Sí que se hace complicado emocionalmente. Cuando te dicen que tienes que volver a pasar pruebas piensas ‘mira, ya no puedo más’, pero el amor que tengo por este deporte me hace seguir. Porque necesidad de seguir no tengo, pero el amor al tenis sí. Soy una persona muy emocional. Lo disfruto tanto… Competir, poder entregarme… Me ayuda. Siempre es la última infiltración, pero es lo único que me permite jugar. Es lo que, a corto plazo, me deja jugar”.