El club de los exploradores
"Para tal desgracia sólo existe un kit recomendable: el que contiene pasaporte, fajos de dinero y un visado australiano"

La píldora de Enric González | El club de los exploradores
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Madrid
Supongo, queridos amigos, que ya han ingresado ustedes en el club de exploradores de la Unión Europea y tienen siempre a mano la navajilla multiusos y la cantimplora. Es posible que incluso hayan comprado uno de esos maletines de supervivencia que ofrecen por todas partes: qué sería de nosotros sin pastillas potabilizadoras, sacos de dormir y hornillos de gas.
Quienes viven en lugares donde en invierno hace frío, frío de verdad, con tormentas de nieve y tendidos eléctricos destruidos, ya están habituados a guardar en casa unas cuantas garrafas de agua, latas, una radio y un montón de pilas. Eso vale para las catástrofes naturales, que, como por desgracia sabemos, pueden ocurrir en cualquier lugar y cualquier clima.
En cuanto a lo de que hay que ser capaz de resistir de forma autónoma durante 72 horas, supongo que en Bruselas han calculado lo que puede durar, en caso de calamidad extrema, una sobremesa de Carlos Mazón. Quizá se han quedado cortos.
El asunto es que nos hablan de catástrofes naturales y también de guerras. No sé qué ventolera le ha entrado a la Comisión Europea con lo de prepararnos para lo peor. Posiblemente quieren hacernos pensar que estamos todos a un paso de convertirnos en refugiados para que, asustados, apoyemos con entusiasmo la carrera de armamentos.
Sé de gente que se ha espantado, pero en general se mantiene la tranquilidad. He hecho una ronda por los comercios de mi barrio y en todos hay existencias sobradas de papel higiénico. Ya saben que en España las crisis de verdad comienzan cuando alguien compra 5.000 rollos de papel higiénico por si acaso, y los demás le imitan porque 72 horas pueden hacerse muy largas. De momento, todo en orden.
Me permito decirles que en una guerra, especialmente si se trata, como sugieren en Bruselas, de una guerra continental, seis latas de sardinas y una garrafa sirven de poco. Para tal desgracia sólo existe un kit recomendable: el que contiene pasaporte, fajos de dinero y un visado australiano.
Todo esto es tan grave que sólo podemos tomárnoslo en broma.
Me llamo Enric González. Les deseo un pacífico fin de semana.




