Estonia prohíbe el voto en las municipales a los rusos por temor a la injerencia de Moscú
El país báltico argumenta que el voto de rusos y bielorrusos, que suman más de 60.000 personas, es un riesgo para su seguridad nacional

Un policía estonio en el puente fronterizo de la ciudad de Narva, que une a esta localidad con Rusia / picture alliance

La influencia de Rusia en elecciones de países de su entorno es otro de los riesgos que preocupan a algunas de estas naciones desde la invasión de Ucrania. Sin ir más lejos, Rumanía va camino de la repetición de sus elecciones presidenciales, prevista para mayo, después de comprobar que Moscú estaba detrás de la sospechosa victoria de un candidato de extrema derecha en la primera vuelta. En otros países como Georgia o Moldavia las fuerzas políticas que no son prorrusas también han denunciado la injerencia de Moscú en distintos procesos electorales.
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Por ello, el parlamento de Estonia ha decidido prohibir esta semana el voto de ciudadanos apátridas o de fuera de la UE en las elecciones municipales. Una medida que apunta directamente a Rusia, ya que de las 71.000 personas que perderán su derecho al voto, 66.000 tienen esta nacionalidad. Las personas apátridas están a tiempo de intentar tramitar la nacionalidad estonia antes de las elecciones municipales de octubre.
Fuentes diplomáticas de Estonia explican a la SER los argumentos que hay detrás de esta decisión aprobada por el voto a favor de 93 de los 101 diputados del Riigikogu, que es como se llama el parlamento unicameral del país. "Los ciudadanos de la Federación Rusa o de Bielorrusia que residen permanentemente en Estonia y que están sujetos a obligaciones con los regímenes de Putin y Lukashenko, incluido el deber de servir en las fuerzas armadas de estos países, no deberían tener voz ni voto en la elección de ninguna autoridad municipal de Estonia", argumentan.
Estas mismas fuentes recuerdan que la legalidad internacional no establece este derecho de forma obligatoria para personas que no tengan la ciudadanía del país donde se celebran las elecciones, sino que es considerado un derecho que otorga dicho país como si fuera "un privilegio excepcional". Apuntan por ello a acabar con esta posibilidad por la responsabilidad de Rusia en la invasión de Ucrania y por su posible injerencia electoral: "otorgar el derecho al voto a ciudadanos de Estados agresores que residen en Estonia para participar en elecciones municipales supone un grave riesgo para la seguridad", concluyen, "ya que en los últimos años actores estatales rusos han influido en el panorama político con el objetivo de socavar la democracia, crear divisiones y promover los intereses geopolíticos rusos".
Durante el debate en el parlamento estonio, los diputados defensores de este cambio legislativo esgrimieron otros argumentos como que permitir a los rusos votar en las elecciones municipales podría retrasar la entrada en vigor de proyectos como el de determinar que sólo haya educación en idioma estonio. Ahora mismo un tercio de la población estonia habla aún el ruso como lengua materna, lo que el gobierno pretende erradicar de aquí a 2030.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...




