El servicio militar obligatorio divide a los países europeos en pleno proceso de rearme y aumento del gasto en Defensa

La invasión de Ucrania ha cambiado radicalmente la política de defensa y seguridad de Europa, lo que ha desembocado en el reciente anuncio de la presidenta de la Comisión Europea para impulsar el rearme europeo, a lo que se van a sumar con mayor o menor compromiso prácticamente todos los países de la UE. No obstante, igual que la preocupación por Rusia es mayor cuanto más al este del continente, también la vuelta del servicio militar obligatorio se considera una necesidad indiscutible en esa zona de Europa y se evita en los países más occidentales.

En el momento actual, 9 países de la UE (Austria, Grecia, Chipre, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania) tienen servicio militar obligatorio, que también está vigente en Noruega. Sobre todo en el caso de los países escandinavos y bálticos no hay debate al respecto de su necesidad y, de hecho, el presidente letón, Edgars Rinkevics, avisaba el mes pasado de que creía que sería "absolutamente necesario" que se implantara en el resto del continente.

Noruega tiene la mili más larga, de 19 meses, mientras que en Suecia se desarrolla un entrenamiento integral en el que se suma lo militar con los servicios sociales o la formación en ciberseguridad. Este mismo año el presidente noruego, Jonas Gahr Store, ha anunciado además que la llamada a filas va a pasar de 8.000 personas al año a 12.000.

Debemos estar preparados para nuevas crisis y para la guerra

—  Jonas Gahr Store, presidente de Noruega

Países como Letonia o Lituania lo han vuelto a instaurar a consecuencia de las sucesivas invasiones de territorio ucraniano por parte de Rusia en la última década, mientras que en lugares como Finlandia el servicio militar forma parte de una doctrina de "defensa total" para que todos los civiles tengan un mínimo de preparación de cara a un eventual escenario de guerra.

Caso aparte es Hungría. A pesar de su situación geográfica, el gobierno de Viktor Orbán, totalmente alineado con Vladimir Putin a pesar de formar parte de la Unión Europea, descarta esta política de entrenamiento militar ante la amenaza de Rusia. En una reunión en Bruselas el pasado año, el ministro de Exteriores magiar, Peter Szijjarto, comunicó abiertamente a los otros 26 países que "rechazamos una escalada que primero pase además por los vecinos de Rusia, quieren que mandemos a los jóvenes húngaros y centroeuropeos a una guerra".

Escandinavia va un paso más allá

En esta zona de Europa no hay debate ya sobre la necesidad de la formación militar por la amenaza de Rusia. Nos lo explica el politólogo Stefano Braghiroli, de la universidad de Tartu, en Estonia, quien cuenta que "aquí no hay duda de que Rusia es una amenaza real que puede atacar en cualquier momento. Los países bálticos somos la primera línea de defensa de la Unión Europea y de la OTAN". detalla.

De hecho, el debate actual en estos países gira alrededor de la llamada a filas también de las mujeres. Esto ya sucede en Noruega y en Suecia, y el gobierno de Dinamarca ha decidido adelantar la convocatoria de las mujeres a este mismo verano aunque estaba inicialmente prevista para 2027.

Las Fuerzas Armadas necesitan reclutar a más personal, lo que constituye una señal importante para avanzar hacia la plena igualdad entre mujeres y hombres

—  Troels Lund Poulsen, ministro de Defensa de Dinamarca

El ministerio de Defensa de Dinamarca ha publicado esta semana un comunicado en el que defiende que "con el reclutamiento femenino reforzamos nuestras oportunidades de atraer a los jóvenes daneses más talentosos y motivados, independientemente del género. La diversidad fortalece la capacidad de resolución de tareas y crea una defensa más sólida". En países como Finlandia o Lituania, las mujeres pueden sumarse a las Fuerzas Armadas de forma voluntaria.

Cautela en el oeste

Los países más alejados de Rusia ven sin embargo esta posibilidad como algo que no está aún sobre la mesa. El gobierno de España ha descartado en público en varias ocasiones en voz de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que haya planteamiento alguno de volver a implantar la mili. En España desapareció en 2001, Francia la quitó antes, en 1996, Alemania en 2011 o el Reino Unido en 1963.

Sin embargo, en varios de estos países se vuelve a hablar de esta posibilidad. Los laboristas volvieron al Gobierno el pasado año en el Reino Unido descartando el servicio militar obligatorio, Sin embargo, el ministro de Defensa, John Healey, reconoció en una reciente visita a Noruega que "es un aspecto interesante, sobre todo si las personas lo solicitan, no porque sean obligadas a unirse al Ejército".

El futuro canciller alemán, Friedrich Merz, ha incluido este asunto en el debate público sobre el aumento del gasto en Defensa y sobre el rearme. "No se puede implementar de la noche a la mañana, debe haber una formación adecuada, pero estoy muy a favor de enviar a una carta a quienes cumplan 18 años, también a las mujeres, para que se registren", declaró poco después de ganar las elecciones en Alemania.

Por las mismas fechas el presidente francés Emmanuel Macron alentaba a los jóvenes de su país en un acto rodeado de militares a apuntarse al llamado Servicio Nacional Universal, un período de formación voluntario para adolescentes que puede desembocar en su alistamiento si finalmente así lo quisieran.

En Italia, el ultraderechista Matteo Salvini ha impulsado un proyecto de ley para reinstaurar la mili que de momento no cuenta con el apoyo unánime ni del propio gobierno transalpino. En Portugal o Países Bajos no hay un apoyo político mayoritario para la vuelta del servicio militar, si bien se han producido ya debates públicos al respecto.