Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

'Riders' asfixiados por el algoritmo: "Trabajo 11 horas al día toda la semana y si bajo el ritmo me penalizan"

Las 'apps' de comida a domicilio fomentan la competitividad feroz entre los repartidores para dar servicio incluso en días de lluvia

'Riders' asfixiados por el algoritmo: "Trabajo 11 horas al día toda la semana, y si bajo el ritmo me penalizan"

'Riders' asfixiados por el algoritmo: "Trabajo 11 horas al día toda la semana, y si bajo el ritmo me penalizan"

00:00:0003:21
Descargar

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

Son las 20.30 horas. La lluvia en Madrid no ha dado tregua. Un fenómeno que para muchos supone la restricción a la movilidad, sobre todo en plena calle, para Alejandro (24 años) se convierte en más carga de trabajo. Él es repartidor -'rider'- de Glovo. Le acompañamos en una de esas jornadas que hace de lunes a domingo llueva, nieve o apriete el sol. "Empiezo a las 9.00 de la mañana hasta las 15.00; vuelvo a casa, salgo de nuevo a las 18.00 y termino a las 23.00. Y así todos los días de la semana", detalla el joven de origen colombiano.

Más información

Los turnos maratonianos y el esfuerzo que conlleva, son prácticas muy habituales en las plataformas de comida a domicilio. De hecho, 'Glovo' y 'Uber Eats', las dos principales empresas del sector que operan en España, fomentan la competitividad salvaje entre sus empleados. Y lo hacen a través del algoritmo que controla sus respectivas aplicaciones. Disminuir el ritmo de trabajo, o quedarse en casa los días de lluvia para no mojarse, se castiga: el sistema relega a los repartidores que considera menos eficientes, a los que, por ejemplo, no prestan servicio los días complicados, aún a riesgo de poner en riesgo su integridad física como hacer repartos los días de lluvias intensas montado en bicicleta. "Si no lo hacemos nos bajan de ránking", comenta Alejandro. Ese "ránking" al que se refiere es el sistema de puntuación que utilizan este tipo de compañías para asegurarse de que sus trabajadores conozcan las consecuencias de descansar. Cuantos más pedidos acepta el repartidor y en peores condiciones climatológicas más valorado por la 'app' se convierte y, por tanto, mayor preferencia a la hora de asignar los pedidos. Poco importan las horas y los días trabajados, si la máquina detecta que un 'rider' baja el ritmo de pedidos autómaticamente es relegado de categoría. Consecuentemente, recibirán menos pedidos. A todo esto se suman los incentivos por trabajar en turnos complicados: tres euros de comisión (cinco en el mejor de los casos) por cada pedido, cuando la media de ingresos por cada reparto ronda los dos euros netos.

Pese a la intención de Glovo de abandonar el modelo de falsos autónomos, la realidad sobre el asfalto es bien distinta. Al ser Alejandro autónomo, el número de entregas que hace es lo que al final determina sus ingresos. "A ellos no les importa que tenga una urgencia, qué sé yo... acompañar a mi madre al hospital, eso tendría consecuencias negativas". De hecho, ya las ha tenido. "Llevaba toda la semana trabajando. Estaba cansado y me dolían las piernas. Descansé y salí más tarde. Me conecté tarde a la aplicación. Ese día me llegaron menos pedidos, apenas tuve trabajo".

El mecanismo torticero que encierra el algoritmo de las aplicaciones de 'delivery' ha suscitado el interés de varios expertos. Uno de ellos es Gaetano Priori, matemático italiano. Él comenzó a investigar la aplicación de 'Glovo' hace ocho años por la experiencia de su amigo repartidor. "Él participó en una huelga para protestar contra la empresa y su modelo de falsos autónomos. Al día siguiente, la plataforma inhabilitó su usuario y el de otros empleados, todos de 'Glovo', que estuvieron presentes en la protesta", relata Priori. La empresa alegó "errores técnicos", sin embargo, los "errores" afectaron únicamente a los manifestantes. El matemático sospechó que la aplicación utilizaba la ubicación de sus empleados para mantenerlos vigilados. "Fue a partir de ahí cuando empezamos a investigar qué datos tomaba la aplicación, a quién se los enviaba, etc", añade el experto. Gracias a las investigaciones, confirmó que la filial de Glovo en Italia accedía a la ubicación de sus repartidores fuera de turno. Y, además, descubrió cómo la compañía utilizaba un sistema de puntuación entre los 'riders' relegando a los que tienen puntuaciones bajas. "Esto, obviamente, induce a tener que trabajar cada vez más duro para mantenerse en un rango alto", explica el matemático.

Este control, más allá de la no conciliación, no permite a los repartidores organizar sus propios horarios, pese a que muchos siguen siendo autónomos. Cuando llueve, Alejandro es consciente de que apenas tiene capacidad para elegir: debe salir a repartir para sortear las 'represalias' del algoritmo. Así pues, se dispone a reanudar la jornada en cuestión (diluvia en Madrid). Sus dos principales herramientas trabajo, la bicicleta eléctrica y el móvil, ambas envueltas en celofán para que no se mojen. Va ataviado con un chubasquero, botas de agua, gorro, guantes para el frío, y un pasamontañas. Todo equipamiento en días como estos es poco, porque él ya sabe lo que es trabajar en estas condiciones meteorológicas sin la protección necesaria. "Cuando empecé a repartir no tenía los implementos de lluvia, llegué mojado, mojado a mi casa", cuenta mientras revisa de reojo si llega algún pedido. Aunque con o sin material para la lluvia, Alejandro no puede faltar, y menos con la que está cayendo. "La gente no sale de casa para no mojarse", afirma el joven repartidor. Afirmación que se pone de manifiesto en el siguiente pedido que recoge. Después de 15 minutos de bicicleta y otros tantos esperando a que el restaurante complete el pedido, su lugar de destino estaba a unos 100 metros. "En realidad, casi que mejor, así no gasto la electricidad de la bici", bromea Alejandro aliviado.

"Los pies los tengo helados, apenas los siento"

Para incentivar a los trabajadores a salir los días de lluvia, la compañía recompensa con más dinero por pedido entregado. Aunque según Alejandro, "tampoco es tanto". Normalmente, los pedidos un día corriente se pagan a tres euros, "cuando llueve te suben si acaso un euro más o dos; a veces ingresas cuatro o cinco euros, pero no siempre", confiesa el repartidor, que ya empieza a notar los efectos de trabajar toda una noche bajo el aguacero. "Los pies los tengo helados, apenas los siento", dice mientras se frota con las manos para entrar en calor.

Ciertamente, se hace duro un turno en estas condiciones. Pero hay más. Al acompañar a Alejandro en bicicleta nos damos cuenta de que, además del frío, conducir una bicicleta en Madrid, por la noche, en plena lluvia es un riesgo. Caídas, poca visibilidad -el agua te golpea en la cara continuamente- y atropellos. Riesgos cuya responsabilidad es única y estrictamente del repartidor. Al ser falso autónomo, jamás recaerá en la empresa. "No nos queda otra, necesitamos el dinero", zanja Alejandro entre la determinación y la resignación.

Ha terminado su jornada. 11 horas trabajando bajo la lluvia hacen un "total de 59 euros". Para el 'rider' este "ha sido un día bueno", porque ha habido muchos pedidos. Otras veces, por las mismas horas de trabajo ha llegado a ingresar "unos 30 euros o menos".

Antes de concluir el viaje y la conversación, Alejandro quiere dejar muy claro que la culpa de esta situación en ningún caso es del consumidor, sino de la plataforma que presta el servicio. "Tienen que ponerse en nuestros zapatos. Si elijo trabajar un día u otro no debería afectar a mi valoración". En definitiva, reclama tener la capacidad para elegir en qué condiciones hacer los repartos sin que una máquina decida si es más o menos apto para la tarea.

Sohaib Nadi

Sohaib Nadi

Editor Matinal SER. Antes, redactor en las secciones de Nacional, Internacional, en Hoy por Hoy e informativos...

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir