Cárceles en Estados Unidos: "Hay una tasa de suicidio tres veces superior a la que existe en el resto de la sociedad"
Javier del Pino entrevista a la psicóloga forense Virginia Barber Rioja y al reportero Jeffrey Collins, el único periodista que ha presenciado el primer fusilamiento en Carolina del Sur en quince años

La pena de muerte en Estados Unidos
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Madrid
“Estados Unidos tiene un sistema jurídico y penal muy punitivo que no está enfocado hacia la rehabilitación”. Son palabras de nuestra invitada, Virginia Barber Rioja, psicóloga forense y profesora de Psicología Forense en la Universidad de Nueva York.
En 2019, Virginia pasó por los micrófonos de A Vivir para conversar con Javier del Pino y con el periodista José Martí Gómez sobre las enfermedades mentales en los centros penitenciarios norteamericanos. En aquella entrevista explicó, entre otras cosas, que Estados Unidos es el país que más encarcela en el mundo y cuyas prisiones son sin ninguna duda un espejo de las injusticias sociales. Las cosas no han cambiado mucho desde entonces. Actualmente, el país tiene alrededor de dos millones de personas privadas de libertad, la población carcelaria más alta del mundo, una cifra que va en aumento y que muestra las fracturas de una sociedad que margina a los más vulnerables: “Cuando estás dentro de una prisión te das cuenta de que el racismo estructural y la discriminación juegan un papel clarísimo. La mayoría de reclusos son afroamericanos y latinos”, ha explicado en esta ocasión.
Para nuestra invitada las prisiones deshumanizan, sabe por su trabajo de niveles altísimos de sufrimiento psíquico de muchos reclusos confinados en centros que no propician la reinserción: “En las cárceles norteamericanas hay una tasa de suicidio tres veces superior a la que existe en el resto de la sociedad”. Aunque su profesión le colma de satisfacciones considera que se debe abordar de manera urgente la falta de un sistema de atención a la salud mental de los internos así como reducir la saturación de reclusos en los centros.
"La pena de muerte no es disuasoria, la criminalidad y la violencia no han disminuido desde que está vigente". Otro de los temas abordados ha sido la pena de muerte presente en 27 de los 50 estados. En 1972 la Corte Suprema del país la ilegalizó tanto a nivel estatal como federal, en 1976 se restableció en varios estados y en 1988 se legisló para que pudiera aplicarse de nuevo a nivel federal. Alabama es el que tiene más presos esperando la pena capital, 165 en total. La última ejecución tuvo lugar el 7 de marzo en Carolina del Sur. El reo era Brad Sigmon, de 67 años, declarado culpable y condenado a muerte en 2001 por un doble asesinato. Sigmon eligió ese método porque no se fiaba de la inyección letal. Jeffrey Collins, reportero de Associated Press, fue el único periodista que asistió al fusilamiento en calidad de testigo y explica a lo largo de la entrevista que nos concedió la crueldad de este método de ejecución: "Yo solo quiero ser los ojos y los oídos, o cualquier otro sentido, para que las personas sepan lo que sucede y así puedan formarse su propia opinión sobre si los Estados Unidos deben mantener la pena de muerte o deben abolirla".




