Cataclismos y hecatombes
Con tanto anuncio de cataclismos, los que estarán contentos son los Santiagos Niño Becerra del mundo, que llevan décadas anunciando la inminencia del apocalipsis y por fin alguien empieza a hacerles caso

Ignacio Martínez de Pisón: "Cataclismos y hecatombes"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
La Unión Europea nos aconseja que vayamos preparando un kit de emergencia para subsistir setenta y dos horas sin ayuda externa en caso de catástrofe.
La Unión Europea lo justifica diciendo que vivimos “en un contexto de aumento de los riesgos naturales y antropogénicos”, y se me ocurre que lo primero que tengo que meter en la mochila es un diccionario para saber qué significa antropogénico. La Unión Europea sugiere que preparemos una pequeña reserva de agua, medicinas, baterías, alimentos... A mí me bastará con unas velas y un parchís, lo único que el ser humano necesita para pasar las horas muertas. Al fin y al cabo, esas temidas catástrofes antropogénicas no serán tan distintas de cuando, en mi infancia, se iba la luz de todo el barrio y tardaba días en volver. ¡Hala, niños, a jugar otra vez al parchís!
Con tanto anuncio de cataclismos, los que estarán contentos son los Santiagos Niño Becerra del mundo, que llevan décadas anunciando la inminencia del apocalipsis y por fin alguien empieza a hacerles caso. ¿A ver si va a ser verdad que vamos a volver a vivir en cavernas y a llevar taparrabos y, lo que es peor, a alimentarnos con carne de bisonte, con lo correosa que es?
Si me queda sitio en la mochila, meteré también un desatascador, porque sin un desatascador no vas a ningún lado. Y asimismo una estampa con una vaquita y un Sagrado Corazón, porque no creo que a Abogados Cristianos les dé por ponerme un pleito en mitad de una hecatombe.




