El CD Leganés mueve ficha por vía interna para protestar por el arbitraje del Santiago Bernabéu

No gustó nada el arbitraje del Real Madrid-Leganés en el lado pepinero. Los del sur de Madrid salieron del Santiago Bernabéu de vacío, fruto de una derrota de lo más ajustada (3-2) y que se decantó en jugadas muy protestadas. El malestar de los leganenses se hizo público nada más terminar el partido y, de hecho, su entrenador, Borja Jiménez, incitó a su directiva para que alzase la voz contra las decisiones que consideraba que habían perjudicado a su equipo. La estrategia de la entidad, sin embargo, ha ido por otro camino. Sus quejas ya han llegado a la RFEF, aunque el propietario del club ha explicado por qué han llevado estos movimientos de puertas hacia adentro.

Hasta en tres acciones clave consideró el Leganés que el cuerpo arbitral le había fallado este último sábado. Primero fue el penalti señalado sobre Arda Güler que abrió el marcador para el Real Madrid, luego fue un reclamo de penalti sobre Diego García en el área contraria que no fue concedido y, en última instancia, una falta de Renato Tapia muy protestada al borde del área que significó el definitivo 3-2 de Mbappé. Todas ellas fueron analizadas en Carrusel Deportivo por el exárbitro Eduardo Iturralde González y, al menos en dos de ellas, coincidió con la perspectiva pepinera.

Días después de que estallase la polémica, Jeff Luhnow, dueño del CD Leganés, ha aprovechado la presentación de Andrés Pardo como nuevo director deportivo en sustitución de Txema Indias para explicar la postura que han adoptado. Y es que, aun a sabiendas de la mano que le había tendido su entrenador, el propietario se desmarcó por estos motivos: "Personalmente mi política es, cuando identificamos un error o algo que no nos gustó, comunicamos eso en privado a la gente que tuvo el error. Nosotros tenemos comunicación con la Federación, pero no ponemos anuncios en redes sociales, porque según mi experiencia eso no ayuda. También creo que el club ha tenido experiencias en el pasado cuando ha hecho eso y no ha beneficiado al club".

Pretenden desde el Leganés que estas conversaciones menos mediáticas permitan al equipo mejorar sus relaciones con el arbitraje. Inmerso en una lucha directa por la permanencia, el conjunto blanquiazul es sabedor de que una rebelión no favorecería la creación de un ambiente idóneo en Butarque de cara al final de temporada. Su estrategia es clara en este sentido, marcando diferencias con claridad con la pose adoptada curiosamente por el Real Madrid, que en los últimos meses ha protagonizado un enfrentamiento público contra el colectivo arbitral.