No donar sangre nunca y acumular episodios de infección podría estar relacionado con desarrollar leucemia
Patricia Fernández de Lis trae a Hora 25 dos estudios: uno sobre la donación de sangre y otro sobre cadáveres momificados

No donar sangre nunca y acumular episodios de infección podría estar relacionado con desarrollar leucemia
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Madrid
Ser altruista puede tener muchos beneficios para uno mismo: donar sangre es bueno para el donante. No hace falta que algo nos beneficie para hacerlo, es bueno ser altruista y majo, en general, porque sí, pero en este caso hemos descubierto que, efectivamente, donar sangre puede tener beneficios para la salud, porque la donación se asocia a menores mutaciones genéticas que predisponen a la leucemia.
Si donas sangre con frecuencia, tu cuerpo necesita reponer esos glóbulos rojos perdidos. Resulta que algunos donantes habituales tienen adaptaciones genéticas especiales que les ayudan a producir sangre de manera más eficiente. Lo ha descubierto un grupo de científicos del Instituto Francis Crick de Londres, que descubrió que estas adaptaciones solo facilitan la regeneración sanguínea.
Para los investigadores, este hallazgo es “fascinante” porque podría abrir la puerta a nuevos estudios sobre enfermedades. Básicamente, al entender mejor cómo el cuerpo responde a la pérdida de sangre, podríamos aprender más sobre lo que pasa cuando la producción de células sanguíneas se descontrola.
En su autobiografía Life, Keith Richards aclaró que hizo un tratamiento de diálisis parcial en una clínica suiza, que se llama hemoperfusión, que es un procedimiento en el que la sangre pasa a través de un filtro para eliminar toxinas, en este caso, los residuos de heroína y otras drogas. No es un "cambio de sangre" total, pero sí un método avanzado para limpiar el organismo sin someterse a una abstinencia extrema. En los años 70, algunas clínicas en Suiza eran famosas por este tipo de tratamientos, especialmente para ricos y celebridades que querían desintoxicarse sin sufrir demasiado. Así que sí, hubo un procedimiento médico real, pero lo del "reemplazo completo de sangre" es más un mito de rockstar que una realidad médica. Un mito que por cierto provocó él en cierto modo, porque alguna vez mencionó en tono de broma que se había hecho un "blood change", y los medios tomaron la historia literalmente.
El riesgo de desarrollar leucemia
El estudio que acabamos de conocer señala que, según envejecemos, nuestras células madre sanguíneas van acumulando mutaciones de forma natural, muchas relacionadas con infecciones, y esas mutaciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar cánceres en la sangre, como la leucemia.
Por eso, si no donas sangre y te enfrentas a repetidos episodios de infección, aumenta la probabilidad de desarrollar esas mutaciones relacionadas con la leucemia. Eso no quiere decir, evidentemente, que donar sangre evite cánceres, pero sí nos abre la puerta a entenderlos mejor.
Cadáveres momificados
Un segundo estudio ha sacudido el mundo de la ciencia esta semana. El hallazgo de dos cadáveres momificados de hace 7.000 años ha permitido descubrir un nuevo linaje humano que sobrevivió durante miles de años en el centro del desierto del Sáhara, que entonces era un paisaje verde y con lagos.
Esta historia desafía cosas que pensábamos que eran eternas, como que el Sáhara es un gran desierto. En el desierto del Sáhara, en Egipto, fue descubierta en 1933 la cueva de los Nadadores por el explorador húngaro László Almásy. Y son pinturas rupestres, de más de 8.000 años de antigüedad, muestran figuras humanas en posturas que parecen nadar y eso siempre ha despertado la especulación de que, en el pasado, en esa zona árida, pudo haber lagos o ríos. Ahora, casi 100 años después, hemos sabido que es así. Y, además, estos humanos que habitaban esas cuevas se separaron de nuestro propio linaje hace unos 50.000 años. Se llaman los Takarkori.
Este estudio ha analizado el ADN de dos cuerpos momificados de mujeres que tienen 7.000 años y que se han encontrado en el sur de Libia. Gracias a la sequedad del desierto, se ha logrado extraer ADN de los dientes y huesos, y eso ha permitido reconstruir parte de su historia. Lo cuenta un estudio publicado en Nature este miércoles y la historia es que pertenecían a un linaje humano desconocido hasta ahora, que vivió en aislamiento durante milenios en este ecosistema perdido.
Una sabana convertida en desierto
Lo que pasó es que hace unos 14.000 años, el fin de una glaciación transformó el desierto que entonces era en una sabana muy fértil, con ríos, lagos y muchísima fauna, desde jirafas a hipopótamos. Ahí vivieron y prosperaron grupos de cazadores-recolectores, y su vida quedó reflejada en esas pinturas rupestres donde se observan personas nadando. Y justo allí está Takarkori, que es un abrigo rocoso donde se han descubierto 15 enterramientos.
Entonces, ese ADN extraído de las mujeres Takarkori se comparó con el de casi 800 personas actuales y con 117 muestras antiguas de distintas épocas. Y los resultados han mostrado algo totalmente inesperado: y es que estas poblaciones no estaban emparentadas con los habitantes del África subsahariana, sino que guardaban más similitudes con humanos que vivieron en Marruecos hace 15.000 años.
¿Por qué ese lugar húmedo y frondoso se convirtió en el mayor desierto del mundo? El destino de estos pueblos quedó sellado hace unos 5.000 años, cuando el clima cambió de nuevo. La humedad desapareció, los ríos se secaron y el Sáhara volvió a convertirse en un desierto. Se cree que los descendientes de estos habitantes migraron hacia otras regiones de África, y algunos investigadores sugieren que su éxodo pudo haber influido en la civilización egipcia. Sin embargo, el linaje específico de Takarkori desapareció. En cualquier caso, hasta ahora, los habitantes del Sáhara verde solo existían en pinturas rupestres y en nuestra imaginación. Ahora, por primera vez, y gracias a dos cuerpos momificados, tenemos evidencia de quiénes eran realmente.




