El Gobierno prepara su respuesta a Trump con un plan de medidas inspiradas en la crisis de la pandemia

En La Moncloa se siguió anoche con expectación y algo de desconcierto el discurso en el que el presidente de los Estados Unidos comunicó la imposición de una tarifa del 20% a todos los productos que entren en su país desde la Unión Europea. Los vehículos tendrán un gravamen mayor, del 25%. La intención del Ejecutivo es anunciar hoy un plan de respuesta para intentar amortiguar los efectos de esos aranceles en las empresas y los trabajadores de nuestro país.

El Gobierno tiene sobre la mesa distintos escenarios para reaccionar al plan arancelario del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Las medidas y la intensidad de su aplicación se decidirán en función del impacto y el alcance que tengan esas tasas en los diferentes sectores, algo que Sánchez va a analizar esta mañana ante representantes del tejido productivo español. El presidente pronunciará un discurso para comunicar los primeros detalles de ese plan de contingencia.

En la Moncloa dan por hecho que una parte importante serán ayudas directas, o en forma de créditos, dirigidas a apoyar a los sectores productivos potencialmente afectados por esos aranceles. El Gobierno evitaba anoche concretar la cuantía y los recursos exactos que el Ejecutivo está dispuesto a destinar, pero insisten en el mensaje de que España está preparada para responder e intentar compensar los perjuicios que las decisiones de Trump puedan provocar en la economía y el comercio de nuestro país.

Las fuentes consultadas por la Cadena SER confirman que la respuesta que se pretende dar es similar a la aplicada en crisis anteriores, como las provocadas por la pandemia o por las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania. De hecho, en el gabinete que lidera Pedro Sánchez no descartan recurrir, si es necesario, a herramientas extraordinarias como los ERTE o el mecanismo RED, que durante la COVID permitieron flexibilizar jornadas laborales o suspender contratos evitando la destrucción de empleo.

Las decisiones no se adoptarán de golpe. De hecho, el Gobierno, en una primera reunión celebrada este miércoles, se ha comprometido con los sindicatos y la patronal a conformar una mesa de diálogo social para negociar y decidir cómo se debe canalizar la respuesta y la ayuda a los sectores afectados. Desde su perfil en redes sociales, Pedro Sánchez aseguraba que "España protegerá a sus empresas y trabajadores y seguirá apostando por un mundo abierto". Un mensaje que el presidente escribía incluso antes de conocer los planes del magnate y presidente estadounidense.

En la reunión con los agentes sociales, el Gobierno abordó también la necesidad de establecer relaciones comerciales con otros países del mundo. En concreto, según fuentes presentes en ese encuentro que se alargó durante más de una hora y media, se habló de rehacer puentes con otras áreas como América Latina o China, país este último que el presidente tiene previsto visitar la próxima semana en el marco de una gira que le va a llevar también a Vietnam. Los sindicatos insistieron en tomar decisiones que permitan ganar autonomía respecto a países como Estados Unidos o Rusia.

Sánchez no anunciará represalias

A pesar del rechazo y la distancia que el Gobierno mantiene respecto a la nueva administración de los EEUU, no se espera que este jueves Sánchez anuncie ningún tipo de represalia contra su presidente. "No haremos un discurso contra Trump sino a favor de las empresas y los trabajadores españoles", aclaran desde la Moncloa donde aseguran que lo que le toca al jefe del Ejecutivo es comunicar qué medidas se van a adoptar para proteger nuestra economía. Las represalias, puntualizan, se decidirán en Bruselas, de forma coordinada con los Estados miembros y la Comisión Europea.

El Gobierno asume que tendrá que seguir haciendo equilibrios para dar a Trump una respuesta contundente a su guerra arancelaria, intentando mantener las relaciones diplomáticas con ese país. De hecho, en la Moncloa aseguran que más allá del trato con las primeras figuras de la administración republicana, el diálogo y la interlocución a otros niveles inferiores está engrasado y funciona correctamente. Como ejemplo, dicen, la conversación de más de media hora que ayer mantuvieron el ministro de Exteriores, José Manuel Albares y el Secretario de Estado y responsable de la diplomacia, Marco Rubio.