Juan Carlos Unzué explica su decisión de no hacerse la traqueotomía: "Prefiero marcharme un poco antes con la sensación de una vida plena"
El exfutbolista charla con Manu Carreño en 'El Larguero': "No sabíamos que la ley iba a tardar tanto en hacerse efectiva"
Madrid
Pocas personas pueden presumir de haber tenido un éxito profesional tan alto alrededor del mundo del fútbol como Juan Carlos Unzué. El navarro, que fue portero en la élite de la mano de equipos como Osasuna, Barcelona o Sevilla, pasó más tarde a ser entrenador y también encontró su espacio en los medios como comentarista. Desde hace seis años, Unzué es, además, el máximo exponente de la lucha incansable contra la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), que cada año deja unos mil fallecidos en nuestro país.
Desde que fuera diagnosticado con esta cruel enfermedad, Unzué se ha convertido en el altavoz y la cara visible de una larga lucha para mejorar la visibilidad y las condiciones de los afectados. Hace pocas semanas, su nombre volvía a copar las portadas tras su decisión de no practicarse la traqueotomía que todos los enfermos de ELA acaban por necesitar para poder seguir respirando.
Juan Carlos Unzué: "Prefiero marcharme un poco antes con la sensación de una vida plena"
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"En mis últimas voluntades de hace tres años, yo había puesto que me haría la 'traqueo' llegado el momento. Es más, estoy seguro de que, si la hubiera necesitado en el primer o segundo año con ELA, ya la tendría hecha. Pero después de vivir casi seis años con esta enfermedad, de haber podido comprobar cuál es la calidad de vida de gente que la tiene hecha, he llegado a la conclusión de que para mí no es suficiente, explica Unzué sobre su decisión.
"No consulté con nadie la decisión de no hacerme la traqueotomía. Mi mujer la aceptó bien, muchas veces ya sabe lo que estoy pensando"
— Juan Carlos Unzué
El exfutbolista destaca que no "consultó" esta decisión, sino que simplemente se la comunicó a los suyos tras tomarla. "Creo que María, mi mujer, la aceptó bien. Lo que estamos viviendo es mutuo y ella muchas veces ya sabe lo que yo estoy pensando antes de decirlo". Sobre ella, asegura que es "la persona más importante" de su vida.
La suya es una decisión consciente, pero Unzué pone el foco precisamente en aquellos enfermos que toman la misma que él, aunque quieran seguir viviendo: "Desde la Fundación 'ConELA' hemos presentado un plan de choque de 63 millones de euros para que ninguna persona más se sienta condicionada por el tema económico para tomar la decisión final, que es la que yo he tomado ahora".
Una ley muy costosa con poco compromiso político
Junto a Manu Carreño y Raúl Ruiz, el exjugador de fútbol recuerda el momento en el que recriminó el escaso número de diputados presentes en el Congreso cuando él mismo, junto a otro grupo de enfermos, viajaron hasta allí para presentar la Ley ELA, que busca mejorar la calidad de vida de los enfermos.
"El día que se aprobó la ley una diputada de Extremadura me agradeció que les hubiera puesto las pilas diciendo eso". Lo mejor habría sido que no hiciera falta, que hubieran estado para verlo. Porque al final, no es lo mismo escuchar que ver a un enfermo de ELA, entubado, hablando a través de una pantalla y con la traqueotomía hecha", asegura.
Aquella misma ley terminó por aprobarse con mayoría absoluta en el Congreso el 23 de octubre, pero Unzué denuncia que sus efectos aún no han llegado a la vida de los enfermos: "Lo que no sabíamos es que una vez que se aprobara la ley, iba a costar tanto que se hiciese efectiva. Porque precisamente tiempo es lo que no tenemos".
El apoyo anónimo, clave en la lucha de Unzué
Unzué también niega que en ningún momento haya pensado en tirar la toalla en su lucha: "Para mí fue complicado descubrir que había gente que, queriendo vivir, decidía morir por un tema económico. Pero aquello me dio y me sigue dando mucha fuerza para seguir hasta que esas ayudas no lleguen a casa de todos y cada uno de los enfermos".
Sobre recibir ánimos, el exjugador relata una entrañable anécdota que le sigue dando fuerzas para continuar su lucha: "Ir por la calle y ver que lo que produce mi presencia es una sonrisa, eso es impagable. Hay muchas personas mayores que me paran por la calle y me dan sus ánimos y su cariño. Eso, os lo digo, es impagable".
Aunque su lucha no termina con esta decisión, Unzué asegura que está satisfecho con el trabajo hecho en estos años: "He conseguido todo lo que estaba en mis manos, poner mi imagen y ser el altavoz. Pero el trabajo aquí es colectivo, de muchas fundaciones, familiares y afectados que no están con nosotros".
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