Soledad Gallego-Díaz: "Estamos tan absorbidos por la guerra comercial de Trump, que pasan inadvertidas otras medidas"

Madrid

Estamos tan absorbidos por la guerra comercial desatada por Donald Trump, por las caídas de las bolsas y por las dudas sobre la marcha de la economía mundial, que pasan casi inadvertidas otras medidas, no tan espectaculares desde el punto de vista internacional, pero no menos dramáticas. Por ejemplo, Trump está sometiendo a un acoso increíble a los bufetes de abogados que en su día representaron a rivales políticos del ahora presidente o que han incluido en sus normas de contratación principios de igualdad de sexo o de raza. Es decir, grandes bufetes, como los que vemos en las series norteamericanas, que decidieron que sus juntas de gobierno no podían ser exclusivamente blancas o integradas por hombres.

En una de esas decenas de ordenes ejecutivas que nos pasan inadvertidas, hay una que prohíbe a los abogados de esos bufetes el acceso a los edificios federales o que les obliga a informar a cualquier de sus clientes si también tienen algún negocio con el gobierno. Algunos de esos bufetes están actuando con una gran cobardía y ya han jurado que no contrataran a nadie “por razones de raza o sexo” (lo que en realidad significa que solo contratan a hombres blancos) o se han ofrecido a llevar gratis asuntos que le interesen a Trump y su administración. Otros parece que están recurriendo a jueces para que dejen sin efecto esas órdenes ejecutivas, pero son los menos. ¿Se acabó ver socios negros en las series de abogados de la tele?