La bonita historia de Mario Casas y Gerard Oms, el 'coach' al que le dedicó el Goya y ahora le dirige en su mejor papel

Madrid

En 2021, en los Goya telemáticos por la pandemia, Mario Casas le dedicó su primer 'cabezón' por 'No matarás' a Gerard Oms. "Muchas gracias porque ha sido una maravilla conocerte en este camino, porque me has hecho cambiar como actor", dijo el intérprete de su 'coach' al que había nombrado durante toda la promoción. "Soy un actor que siempre me gustar estar reinventándome, jugándomela, no aburrirme de mí mismo, pero es verdad que Gerard llega justo en un momento muy bueno, yo tenía emociones como actor que tenía mecanizadas, pero aprendes a guardarlas y después utilizarlas en en proyectos. Y él me dijo, vamos a deconstruir todo eso y vamos a intentar empezar de cero. He visto todos tus trabajos, me dijo, y eso a mí me petó la cabeza, ahí empezó todo", confiesa sentado junto al ahora director, que debuta con 'Muy lejos' y que ha llevado a Mario Casas a firmar una de las mejores interpretaciones de su carrera.

Gerard Oms necesitaba a alguien de confianza para interpretar una suerte de alter ego, un treintañero perdido que huye y se empieza a encontrar en otro país. Y Mario Casas, antes de leer ningún guion y solo conociendo su historia personal, le dijo que si escribía esa película, él la protagonizaría. "Mario domina la técnica y la sensibilidad como nadie. Es un actor versátil, un actor capaz no solo de componer, sino también de deconstruir. Y ha demostrado que puede abarcar muchísimos géneros. Lo hemos visto como el hombre de acción, lo hemos visto en dramas románticos, dramas adolescentes, en humor, comedia negra y ahora aquí en un papel más intimista, en una película de corte social con mirada autoral", responde el director de su actor fetiche con el que ha creado un espacio de comunión e intimidad.

"Yo le planteé qué hubiera sido de Mario si no hubiera hecho carrera como actor, qué hubiera sido de ese chaval que vivía en el extrarradio de Barcelona, que se parece mucho a ese Sergio (el personaje). Y fue interesante buscar este lugar porque estaba despojado de toda la construcción después de personaje público que había. Eso nos remitía a cierta desnudez, cierta ternura, cierto lugar frágil y además se acercaba mucho a la adolescencia. Porque Mario se fue a Madrid con 18 años, estaba muy apegado a la adolescencia. Y esta es una película que creo que es un 'coming of age', es un 'late coming of age', es algo tardío, es alguien que vive algo que tendría que haber vivido en la adolescencia, que no se le ha permitido o no se lo ha permitido, y lo vive con 35 o 36 años. Entonces, ir a buscar a ese adolescente en Mario fue como un punto de partida interesante para gestar el personaje y ahí nos agarramos", cuenta Gerard Oms de esta historia personal como el niño que creció sin referentes en los 90 y en 2009, en la España de la crisis, se fue a otro país a entender quién era.

Entrevista | Gerard Oms y Mario Casas por 'Muy lejos'

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'Muy lejos' empieza con el viaje de este joven a Utrecht junto a su hermano y un grupo de hinchas del Espanyol para un partido de fútbol. Antes de coger el vuelo de vuelta a Barcelona, sufre un ataque de ansiedad y decide quedarse en la ciudad sin más explicaciones. Incapaz de explicarlo a su familia y a sí mismo, corta el contacto con el pasado, con su identidad anterior y comienza a crearse una nueva mientras trata de sobrevivir en un país del que no conoce ni el idioma ni su idiosincrasia. Y ahí Mario Casas brilla con un papel en el que transita de la seguridad y la virulencia a la ansiedad y la fragilidad, convirtiéndose en uno de tantos migrantes que debe sobrevivir a la precariedad, el racismo y el clasismo del norte de Europa en época de crisis económica, pero también como un joven tratando de entender su identidad queer. "Muy lejos' para mí es una reconciliación hacia mí y hacia los míos. Hay una resignificación de todo lo que sucedió. De este bloqueo durante muchos años, de no mostrarme plenamente al mundo como yo amaba o como yo quería. Hay un resignificar con esta historia, arrojar luz a ese momento, hasta el punto de que hay momentos en la película y pasajes que están rodados exactamente en los mismos lugares donde yo lavaba platos. Lo veía como una especie de regresar a un sitio para darle un significado nuevo, un significado de luz y de paz, llámale como quieras", dice Gerard Oms.

Para trabajar en este proyecto con Mario Casas hicieron todo lo contrario a lo que habían hecho en anteriores películas. No tanto componer un personaje, como ir despojándolo de la armadura, física y mental, en la que se refugiaba este joven. Y para eso, por ejemplo, el actor fue a clases de danza contemporánea durante un mes. "Fue muy importante el trabajo físico. Casi al final de la película, hay un momento que se ve en el espejo y hay una conexión, él se mira y hay unos movimientos después que lo conectan. Estuve un mes y pico haciendo contemporáneo con una profesora maravillosa, con Eva Sánchez, para encontrar esos lugares y, yo por suerte toco madera y no tengo ansiedad, el personaje la tiene, y para buscar también con la profesora dónde estaba la ansiedad. Y sobre todo también una cosa que decía Gerard, y era protegerme, es decir, que mi cuerpo ahora no reconociese lo que es la ansiedad o mi cabeza irse ahí cuando tuviese miedos", revela Mario Casas de todo el proceso.

"A mí me interesaba acercar a Mario al trabajo físico. Yo creo que en el cuerpo hay muchas pistas de quién somos y de cómo somos. Se miente muy rápido con la palabra, el cuerpo o donde estás o lo que haces, menos. Entonces me interesaba ir al físico para deconstruir también este caparazón, esta armadura que tiene el personaje. Yo cuando era más joven, y me sigue pasando, con lo cual creo que hay algo que está atravesado en mí y en mucha gente, cuando voy a según qué lugares que considera mi cuerpo hostiles aún desde un inconsciente, un subconsciente, no cruzo las piernas, me muestro más duro en ciertos movimientos, agravo la voz. Yo creo que a más de una persona homosexual en mi caso, que hablo por mí, se está viendo reconocida en esto. Y es un mecanismo de defensa, de que no te vean una vez más. Entonces había algo en el físico de este personaje que también había heredado en este ideal por pertenecer, este ideal que ha aprendido, que había que entrar ahí también a deconstruirlo en lo físico. Y sí, hay un momento en el espejo donde él prueba, él intenta descubrir qué pasa si yo esto que me he contado a mí mismo, este lugar que yo he aprendido, qué pasa si lo pongo en duda", añade el director, cuyas referencias parten de un cine social europeo como el de los hermanos Dardenne.

Mario Casas también trabajó con algunos referentes de hombre rudos reprimidos, como Heath Ledger en 'Brokeback Mountain', Josh O'Connor en 'Tierra de Dios' o Matthias Schoenaerts en 'De óxido y hueso'. A eso el director le sumó un vestuario casi único durante toda la película, con un chándal, una sudadera y una cazadora deportiva, y un estilo de filmación que bebe del documental. "Yo sabía que la escena iba a estar siempre viva, además rodando en otro país, en otros idiomas, con la cámara a lo gorila style, es un regalo para un actor", confiesa el actor de este emocionante viaje en el que ha ido de la mano de ese 'coach' que le cambió la carrera. "Esta película va de una duda que se sostiene y es bonito que la película se funde en una duda, porque de la duda emana la fragilidad, la ternura, el amor, emana la contradicción y emana todo eso que a veces nos da tanto miedo exponer", concluye Gerard Oms de una ópera prima que conquistó el premio de la crítica en Málaga y que es una de las grandes revelaciones del año.