El pacto de gobierno de conservadores y socialdemócratas busca reactivar la economía y resolver la cuestión migratoria en Alemania
La CDU y la SPD han cerrado un acuerdo para formar un gobierno de coalición con Merz como canciller

La Unión Demócrata Cristiana (CDU), la Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) tras concluir con éxito las negociaciones de coalición / HANNIBAL HANSCHKE (EFE)

Berlín
Alemania contará en breve con un nuevo gobierno formado por conservadores y socialdemócratas. La única constelación posible tras las elecciones de febrero para mantener el cordón sanitario frente la ultraderecha sale adelante después de solo un mes de intensas negociaciones. Las turbulencias internacionales, como la guerra de agresión de Putin en Ucrania o la andanada arancelaria de Trump han sido claves para acelerar las negociaciones.
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Ahora los tres partidos, Unión Cristiano Demócrata (CDU), sus socios bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) deben ahora dar su consentimiento para que pueda firmarse el contrato de coalición y para que el líder de los conservadores, Friedrich Merz, sea elegido Canciller, previsiblemente a principios de mayo. En el caso de los socialdemócratas, serán los militantes quienes decidan.
Conservadores y socialdemócratas se han marcado como objetivo reactivar la economía. Merz ha definido el pacto como una “señal muy fuerte y clara” para los alemanes y sus socios de la Unión Europea: “Alemania se dota de una coalición capaz de actuar y con la fuerza para hacerlo”. “El centro político de nuestro país está en condiciones de resolver los problemas a los que nos enfrentamos", ha añadido. El futuro gobierno reformará e invertirá “para mantener la estabilidad de Alemania, hacerla de nuevo más segura y económica más fuerte”. Preguntado en rueda de prensa, Merz ha lanzado un mensaje al presidente de Estados Unidos, Donald Trump: “Alemania ha regresado”. “Vivimos tiempos verdaderamente históricos”, indicaba en la misma línea el líder del SPD, Lars Klingbeil: “No se trata de cambiarlo todo, sino de cambiar las cosas correctas".
Endurecimiento de la política migratoria
En el acuerdo de coalición, de 140 páginas y titulado Responsabilidad para Alemania, se desgrana la hoja de ruta que seguirá el futuro Gobierno de Alemania. Como era previsible, habrá un endurecimiento de la política migratoria. El líder de los conservadores, Friedrich Merz, se mostró inflexible con este ámbito durante la campaña electoral y no quiere defraudar ahora a sus votantes. Conservadores y socialdemócratas han acordado “una ofensiva de repatriación”, que pondrá fin “en la medida de lo posible” a los programas federales de admisión voluntaria. Los refugiados con estatuto de protección ya no podrán traer a miembros de su familia a Alemania durante dos años. Sólo se permitirá en casos muy puntuales. Hasta ahora existía un límite actual de mil permisos de entrada al mes.
La coalición también quiere rechazar a los solicitantes de asilo en las fronteras alemanas, en “coordinación” con sus vecinos europeos. Sin embargo, el documento no menciona una “prohibición de entrada de facto para personas” sin documentos de entrada válidos, como había exigido Merz.
Los ucranianos que han llegado a Alemania después del 1 de abril ya no recibirán automáticamente las mismas ayudas ciudadanas que el resto de alemanes, sino que recibirán inicialmente las ayudas más bajas para solicitantes de asilo. Las tarjetas de pago para solicitantes de asilo se introducirán en el futuro en toda Alemania, “lo que debería reducir el incentivo para venir a la República Federal”, según ha asegurado el líder del partido bávaro Unión Social Cristiana, Markus Söder. Las personas que deban abandonar el país y los delincuentes graves serán internados permanentemente hasta que hayan abandonado el país.
Además, se suprimirá la conocida como ‘naturalización turbo’ puesta en marcha por el anterior Ejecutivo. Permitía conseguir la nacionalidad alemana con tres años de residencia para los inmigrantes bien integrados. Se mantiene, en cambio, la opción de pedir el pasaporte alemán con cinco años de residencia, en lugar de los ocho que se exigían antes del Gobierno de Olaf Scholz.
Los conservadores también se han salido con la suya en la supresión de la renta ciudadana. Se reorganizará en una “nueva renta básica para solicitantes de empleo”. Las prestaciones se retirarán por completo si las personas capaces de trabajar se niegan repetidamente a aceptar un trabajo razonable.
Alivio económico para ciudadanos y empresas
Conservadores y socialdemócratas quieren reducir los impuestos para las pequeñas y medianas rentas, aunque según el acuerdo de coalición, será dentro de dos años. La indemnización por desplazamiento al trabajo se incrementará de forma permanente a 38 céntimos a partir del primer kilómetro recorrido. Se aplicará a partir de principios de 2026.
Las empresas y los consumidores también se verán aliviados por una reducción del impuesto sobre la electricidad. El futuro Gobierno quiere introducir un precio industrial de la electricidad para las empresas de alto consumo energético. Se bajará el impuesto sobre la electricidad "hasta el mínimo europeo" para todos, se reducirán las tasas y los cánones de red. Además, el impuesto de sociedades se reducirá en un punto porcentual en cinco etapas, a partir de 2028.
Mili voluntaria
De momento, no se reactivará el servicio militar obligatorio en Alemania. En su lugar, habrá un servicio militar voluntario, a imagen del modelo sueco, tal como propuso el ministro de Defensa en funciones, el socialdemócrata Boris Pistorius, el verano pasado. Sin embargo, si esto no es suficiente para alcanzar la “capacidad de crecimiento” de la Bundeswehr, según Friedrich Merz, podría convertirse en obligatorio. Además, se comprometen a crear un Consejo de Seguridad Nacional en la Cancillería que coordine las cuestiones clave de la política de seguridad.
Reparto de ministerios
El acuerdo incluye además el reparto de carteras. Los conservadores contarán con seis ministerios además de la Cancillería. Entre las más relevantes, asumen el de Asuntos Exteriores, por primera vez en casi seis décadas, ya que es tradición en Alemania que en las coaliciones de gobierno sea el segundo partido el que ostente esta representación. También el de Economía. Sus socios bávaros de la CSU se quedan con tres ministerios, uno de ellos el de Interior, clave para desarrollar una línea dura en política migratoria. Los socialdemócratas se ocuparán de siete ministerios, entre ellos el de Hacienda y mantendrán como hasta ahora el de Defensa.




