Pepe Rodríguez: "Si yo hiciese el programa de cocina que me gusta, no lo vería nadie"
El cocinero, propietario del Bohío y jurado de MasterChef, reconoce que la televisión fue un salvavidas para su restaurante: "Si hubiese estado en otra situación, posiblemente no lo hubiese hecho"
Pepe Rodríguez: "Si yo hiciese el programa de cocina que me gusta, no lo vería nadie"
Madrid
MasterChef estrena su decimotercera edición. Al frente, los tres mismos jueces que siempre: Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo. "Ya le he cogido el gusto. Estoy encantado, feliz. Voy al programa feliz de la vida y ya estoy como en el salón de mi casa. Digo lo que quiero, hago lo que quiero, cuento lo que quiero. Me río, me divierto", dice el cocinero sobre un proyecto que, reconoce, nunca fue plato de buen gusto para él. "Fue una tablita de salvación. Si hubiese estado en otro momento físico, psíquico, económico, pues a lo mejor no lo cojo. Esto lo digo ahora, aquí sentado, pero nunca me gustó la televisión. Lo mío es estar en la cocina".
Pepe Rodríguez: "Si yo hiciese el programa de cocina que me gusta, no lo vería nadie"
Su idilio con la cocina también se guisó a fuego lento, aunque le sobrasen referentes. El Bohío, antes de ser de su propiedad, fue de su madre y de su abuela. Pepe es la tercera generación que se pone frente de un restaurante que va camino de cumplir 100 años. Valentina, su abuela, lo puso en marcha en el año 1934 como una venta donde principalmente se cocinaba para quitar el hambre, su madre tomó las riendas en los 70 y se hizo famosa por sus escabeches, y él ha terminado de pulir el proyecto familiar poniéndole una buena guinda al pastel: una estrella Michelin que conserva desde el año 1999.
Tenía 22 años cuando tomó las riendas junto a su hermano, pero él se crio entre fogones y siempre estuvo disponible, o tuvo que estarlo, para echar una mano en lo que necesitasen sus padres. "No teníamos casa como tal porque aquello era todo abierto. Para ir a mi casa tenía que pasar por una barra de bar llena de gente y no había intimidad. Siempre había un grito, siempre había un ruido, siempre había algo. Y entonces mi padre, que en aquella época no tenían piedad, nos hacía bajar a los tres hermanos para hacer lo que fuese: limpiar las tazas, fregar el mostrador... Recuerdo estar viendo Mazinger Z y escuchar a mi padre decir: "Pepe, baja". Toda la familia, incluido su padre, que era torero y nada tenía que ver con la hostelería, se tuvo que implicar para sacar el proyecto adelante.
La estrella Michelin llegó unos meses antes de fallecer su padre. "Ambos vivieron los éxitos del Bohío", dice. Teniendo en cuenta que cuando le otorgaron el premio, ni había galas ni la cocina estaba en boca de todo el mundo como ahora. "Por aquel entonces no se enteraba nadie, no había ni gala. A mí me llamó Berasategui para decírmelo y no sabía ni qué me habían dado". Y ahora, mirando de reojo aquellos años, asegura que fue una gran responsabilidad: "A nosotros nos vino grande porque hacíamos lo que podíamos y no teníamos toda la infraestructura que requiere un restaurante de esos, pero nos dio un empujón porque fuimos el segundo restaurante de Castilla-La Mancha que conseguía una estrella Michelin y en Toledo no había ninguna".
Elena Sánchez
Redactora y productora en Cadena SER. Hablar...Redactora y productora en Cadena SER. Hablar por Hablar (2013 - 2018) y en el Faro (2018 - actualidad). Community Manager en Ser Podcast (programas La historia en ruta, Por el principio, cualquier tiempo pasado fue anterior y Mujeres con las botas puestas)