Sánchez asegura que España tiene capacidad económica para enfrentar el daño y la incertidumbre generada por Trump
El presidente asume que el contexto internacional marcará el paso de su Legislatura porque hace más evidente el peligro que supone la internacional ultra para España, Europa y los partidos que pactan con Vox

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, llegó este martes a Hanói en la que es la primera visita oficial de un jefe del Ejecutivo de España a este país / FERNANDO CALVO (EFE)

Enviado especial a Hanoi (Vietnam)
A pesar de las turbulencias en las bolsas de todo el mundo y de la sacudida para el comercio que ha supuesto la guerra arancelaria decretada por Donald Trump, Pedro Sánchez cree que la economía española parte de una buena posición para hacer frente a esos efectos. Así lo ha trasladado en una conversación informal con la prensa que cubre la gira internacional que durante los próximos tres días le va a llevar a visitar Vietnam y China. Preguntado por si hay riesgo de que nuestro país reduzca su tasa de crecimiento y entre en recesión, el jefe del Ejecutivo ha alejado esa posibilidad alegando que España crece por encima del 2,5 por ciento y que no hay ningún dato que alimente ese temor. Asegura que su gobierno está atento a lo que ha ocurrido en los mercados en los últimos tres días, pero cree que esa es la reacción previsible tras el anuncio que hizo el presidente de EEUU desde los jardines de la Casa Blanca hace una semana.
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El líder de los socialistas, que hasta el cambio en el escenario geopolítico no conseguía retomar la iniciativa política y salir del debate sobre la falta de presupuestos y las discrepancias por el incremento del gasto en defensa, cree que incluso sin unas nuevas cuentas públicas España puede afrontar las consecuencias de esa guerra comercial. Sánchez, que insiste en que él no renuncia a aprobar unos presupuestos, asegura que si sus socios parlamentarios cambian de posición, él no eludirá su responsabilidad y llevará las cuentas al Parlamento. Pero si eso no ocurre, cree su gabinete que ya tiene un expediente contrastado en gestión de crisis, como la que provocó la pandemia del COVID-19 o la invasión de Ucrania por parte de Putin. Reconoce que este también es un momento complejo, pero que España tiene capacidad para encararlo.
Sánchez ha sido contundente en su crítica a Trump por imponer esos “aranceles recíprocos”, que según defiende están basados en una falsedad. No ha querido el presidente del Gobierno opinar sobre por qué cree que el magnate norteamericano ha tomado esa decisión. Dice que no sabe cuáles son sus razones, pero sí las consecuencias, que ha resumido en dos palabras: daño e incertidumbre. El jefe del Ejecutivo asegura que él será la sociedad y la economía estadounidenses las que sufran de forma más severa los efectos de las tasas al comercio mundial. Por eso, defiende que la administración norteamericana se ha equivocado en el diagnóstico y que esta guerra les va a lastimar especialmente a ellos y a sus intereses.
El Gobierno, que lleva a cabo esta visita por dos de las principales potencias del continente asiático en coordinación con Bruselas, apoya la estrategia de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen que en las últimas horas ha propuesto a Washington reducir al cero los aranceles a los bienes industriales. Para Sánchez, esa es la actitud que deben mantener los 27 en una futura negociación, tendiendo la mano, pero a la vez mostrando unidad a la hora de dar una respuesta rápida que deje claro que se va a actuar de forma proporcionada. “Es lo mejor”, ha dicho durante esa conversación el jefe del Ejecutivo, que espera que estos movimientos diplomáticos sirvan para que Trump recapacite y se siente a negociar.
Mientras tanto, Sánchez cree que hay que sacar también lecturas positivas y ver oportunidades en los movimientos de Estados Unidos. Uno de ellos, el más interesante, según el presidente del Gobierno, es que Trump ha hecho que la Unión Europea y los países que forman parte de ella se vean obligados a mirar más allá de Washington en sus relaciones comerciales y diplomáticas. Cree que los 27 van a tener que pivotar hacia otros socios y abrir nuevos mercados. En esa estrategia, la Moncloa da importancia a Asia y a América Latina. Y ahí, el jefe del Ejecutivo defiende que España puede jugar un papel relevante, “un papel constructor de alianzas más equilibradas entre China y la Unión Europea”. Nuestra posición estratégica, ha explicado, “nos da profundidad” hacia esas partes del mundo.
El Gobierno tiene interés, por ejemplo, en la estrategia de China, que en los últimos años ha apostado por deslocalizar fuera de su territorio parte de su producción, abriendo plantas en terceros países, como ha hecho con la ‘gigafactoría’ de baterías implantada en Aragón por la empresa CATL. Sánchez cree que hay muchas piezas que encajar en el nuevo puzle del orden internacional y que si se sabe leer el momento nuestro país puede jugar un papel importante. Aunque ha recomendado mantener la cabeza fría y mirar por el interés de la economía europea.
Cree que Trump hace más visible la ola ultra de la que lleva años advirtiendo
El Gobierno cree además que el nuevo orden internacional no solo está alterando los equilibrios geopolíticos, sino que también afectará al tablero político nacional. Sánchez ha evitado en todo momento poner un calificativo a la actitud, favorable al diálogo, que hasta hoy mismo ha mantenido el PP respecto al plan de respuesta a los efectos de los aranceles. Eso sí, el presidente no ha querido evitar la oportunidad para recordar que, bajo su punto de vista, es contradictorio que los de Feijóo intenten despegarse de Trump y de sus decisiones, a la vez que pactan con Vox varios de los presupuestos autonómicos. Para el jefe del Ejecutivo, esta crisis tendrá impacto a todos los niveles, nacional y territorial, y por eso ve incongruente esa posición de Génova.
Sánchez, que no tiene en sus planes levantar el teléfono para llamar a Feijóo y dialogar sobre este asunto, cree que la interlocución con el ministro Carlos Cuerpo es la más positiva. No habrá tregua, por tanto, entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. Nada cambiará entre ellos aunque el jefe del Ejecutivo sí que cree que el posicionamiento de Trump va a tener consecuencias en la política doméstica porque, desde su punto de vista, está sirviendo para que la ciudadanía española perciba de forma más visible los riesgos que implica para España, Europa y para su desarrollo la internacional ultra de la que recuerda lleva años advirtiendo. Pero cree que esos peligros también son extensibles a los partidos que pactan con ellos, en una referencia implícita al PP y su relación con VOX.




